
Reproduccion en el espacio, un reto sin gravedad
En espacio la activación de los espermatozoides es más rápida, pero se mueven más lento al no existir gravedad. Este retraso podría evitar que se produzca la fertilización.
El futuro plantea nuevos retos, como establecer una colonia lejos de la Tierra; y Marte está en la mira, entonces nace la idea de que los humanos o los animales que lleguen hasta allí, quieran y tengan la necesidad de reproducirse.
Esto abre nuevas incógnitas por resolver. ¿Cómo se comporta el esperma en el espacio? ¿Los espermatozoides se mueven igual sin gravedad? ¿La fecundación es posible?
Para aclarar estas incógnitas, un cohete de SpaceX partió a la Estación Espacial Internacional (ISS), este mes, en una misión llamada Micro-11, cuyo objetivo es comprobar, por primera vez, si el esperma humano y del toro, se “menean” de la misma forma 400 km sobre nuestras cabezas.
El experimento ha sido realizado por el Centro de Investigación Ames de la NASA en Silicon Valley (California) y quiere ahondar en el conocimiento de la biología de la reproducción lejos de la Tierra.
Para el experimento, se enviaron 11 muestras congeladas de la estación espacial. Los espermatozoides de toro muestran cambios similares en el movimiento y otros marcadores de fertilidad al esperma humano. Sin embargo, los espermatozoides humanos son más variados en movimiento y apariencia. Es así que las mediciones del esperma de toro proporcionarán un control de calidad para garantizar que los investigadores puedan detectar diferencias sutiles entre especies.
El equipo de astronautas descongelará las muestras y agregará mezclas químicas que activen el movimiento de los espermatozoides espaciales y la preparación para la fusión con el óvulo. Los investigadores usarán un vídeo para evaluar qué tal se mueven. Finalmente, las muestras se mezclarán con conservantes y se devolverán a la Tierra, donde se analizarán para ver si se realizaron los pasos necesarios para la fecundación y si las muestras del espacio difieren de las muestras activadas en la Tierra.
No es la primera vez que se envía esperma al espacio. Experimentos con esperma de erizo de mar y toro demostraron que en el espacio la activación de los espermatozoides es más rápida, pero se mueven más lentos al no existir gravedad, e incluso no se mueven, lo que podría poner en peligro la fecundación.
Los científicos todavía no saben cómo un vuelo espacial de larga duración afectará a la salud reproductiva humana y si la infertilidad puede ser un riesgo para los futuros astronautas.
La fortísima radiación (en la ISS soportan cien veces la de nuestro planeta) podría afectar gravemente a las células germinales, impidiendo el desarrollo de los embriones o provocando graves defectos.
Como esperanza, hay un logro del que se conoció hace un año, cuando un equipo de investigadores japoneses mostraron al mundo crías de ratón, sanas, nacidas a partir de esperma conservado durante nueve meses en la plataforma orbital.
Estos experimentos pueden ser el primer paso para comprender la viabilidad potencial de la reproducción en condiciones de gravedad reducida.