Regular estrategicamente el transito

Desde los primeros días de diciembre hasta hoy, el tráfico en las calles de Guayaquil ha ido aumentando notoriamente. Filas de carros y buses casi inmóviles corroboran las cifras difundidas en un noticiero local, que indicaba que por las fiestas de Navidad y Año Nuevo la ciudad alcanzaría los 700.000 vehículos, superando el medio millón usual debido a la gente de provincias que viene a realizar sus compras al Puerto.

Aunque esta población flotante que incrementa el parque automotor se mantendrá solo hasta los últimos días del año, su presencia permite visualizar el futuro de la vialidad en el Gran Guayaquil, más aún si se toma en cuenta el crecimiento de la venta de vehículos, que muestra un aumento sostenido en 2018 y que según las estadísticas subió un 27% en el primer semestre este año. Sería oportuno entonces ir planificando medidas que se vayan aplicando progresivamente en el tiempo para lograr disminuir los congestionamientos en el tránsito.

Las calles y avenidas de Guayaquil ya no pueden ampliarse más, y la construcción de pasos elevados está restringida a un número limitado, por costos y por requerimientos de espacio. Por ello la solución debería darse disminuyendo la cantidad de vehículos particulares en circulación en horas pico y días laborables. Para ello, además del desarrollo de un sistema integrado de transporte público eficiente (que interconecte a la Metrovía con las cooperativas de buses, la Aerovía (ya en construcción), e incluso con unidades de transporte fluvial por el Guayas -y si fuese posible, por el estero Salado-, se podrían implementar soluciones creativas que ya se han puesto en marcha en otras partes del mundo. Así, se podría racionalizar el incremento desmedido de vehículos que ruedan por el casco central de la ciudad, con el cobro por el uso de sus calles, favoreciendo el tránsito peatonal y evitando que circulen por el sector aquellos que simplemente están de paso y que pueden tomar rutas alternas hacia su destino.

La estratégica y programada selección de vías en las que se pueda restringir o regular la circulación, en combinación con la incorporación continua de nuevas opciones de transporte público contribuirán a optimizar el tránsito y deben ser parte de una planificación inteligente que permita el progreso ordenado de Guayaquil en las próximas décadas.