El regreso de Rojitas
‘Rojitas’, así le llamaban sus amigos al doctor Ángel Felicísimo Rojas, quien un buen día del siglo pasado arribó a Guayaquil para quedarse hasta el final de sus días en el Puerto Principal. Se había graduado de doctor en Jurisprudencia en la universidad de su tierra natal, Loja, en donde había transcurrido su educación primaria y secundaria guiado por el amor tierno y severo de su madre, que era profesora. Ya en esta tierra de los “monos”, como escritor que era se incorporó al Grupo de Guayaquil, integrado por los “cinco como un puño” (De la Cuadra, Gil Gilbert, Gallegos Lara, Aguilera Malta y Pareja Diezcanseco) y para ejercer la profesión en la que se había graduado inició su actividad en este campo, aprovechando que su colega, el también narrador José de la Cuadra, como “buscapleitos”, le ofreciera un lugar en su consultorio jurídico.
La Casa de la Cultura Ecuatoriana Núcleo de Loja presenta en una muy elegante edición el libro La obra que aún faltaba, en donde se incluyen textos desconocidos de ‘Rojitas’, anunciando que se trata del primer tomo, lo que indica “que aún queda tela por cortar” y textos por redescubrir. No olvidemos que este gran lojano que ejerció con sapiencia y dignidad su profesión de abogado y que fue un versado catedrático de la facultad de Derecho de la Universidad de Guayaquil se destacó en el campo de las letras como narrador y crítico, habiendo sido el autor de El éxodo de Yangana, con un personaje colectivo en busca de la “tierra prometida”, que para muchos es acaso la mejor novela que se ha escrito en el Ecuador.
Este escritor y maestro es también responsable de una colección de cuentos excepcionales: Un idilio bobo, de la novela inicial Banca y El retorno de Juan Peña. Como ensayista es autor de un estudio sobre la novela ecuatoriana y de un libro sobre política nacional e internacional, amén de otros títulos.
En la edición que acaba de aparecer se presenta un sesudo estudio sobre la novela La isla virgen, de Aguilera Malta, y evoca las figuras de amigos y colegas como Pío Jaramillo Alvarado, Pedro Jorge Vera, Jorge Fernández, Alba Calderón de Gil, y se refiere, entre otros temas, a la leyenda del bandolerismo lojano y a ese hermoso jardín botánico que es Loja.