Reformas sobre el aborto en el COIP = crimen de inocentes
El art. 61 del Código Civil establece: “La ley protege al que está por nacer. El juez, en consecuencia, tomará, a petición de cualquier persona o de oficio, todas las providencias que le parezcan convenientes para proteger la existencia del no nacido, siempre que crea que de algún modo peligra”. En pocas horas, asambleístas actuales, presumiblemente siguiendo consignas políticas, pretenden, al votar en forma unánime, despenalizar el aborto, cuando ya es un tema sobre el que se ha legislado anteriormente, como el aborto terapéutico (interrupción al desarrollo vital del embrión o feto al que preceden razones médicas) y el indirecto (intervención que salva la vida de la madre que corra peligro), lo que originaría que toda mujer se dedique a tener relaciones sabiendo que puede ir a abortar e interrumpir cualquier embarazo, cuando lo normal es que se cuiden en el tiempo de gestación y tengan un sano embarazo, hasta llegar al alumbramiento, evitando sangrados, riesgos para la salud de la madre, que puede ser diabética, sufrir de la presión, tener infección renal u otras enfermedades. Y se evitaría la muerte de la criatura que tiene en su seno, a la que muchas veces les hacen compresión craneal y se les detiene el corazón para extraerlo. No se puede destrozar un feto y derramar sangre de un ser por nacer, haciéndole perder todos sus derechos.
La Legislatura primero debe debatir con el Ejecutivo, el Judicial, miembros de la Corte Constitucional, miembros respetables de la sociedad como la Curia, pastores y conocedores de principios morales, éticos, Colegios de Médicos y otros profesionales, antes de votar de acuerdo a convicciones, a su capricho o a órdenes ajenas al cargo de asambleístas que les ha entregado el pueblo. Deben obtener que el Ejecutivo abra hospitales, clínicas y centros de atención a mujeres embarazadas, con médicos especializados, e imponer un mejor control de la natalidad, realizando planificación familiar con píldoras, dispositivos intrauterinos, etc., para evitar que médicos sin ética y parteras con equipos peligrosos provoquen abortos inseguros que pondrían al país en el primer orden de mortandad infantil. Se pretende meter una serie de clasificaciones, como si los asambleístas fuesen médicos, que han razonado hasta la saciedad lo que van a dictar como reforma al COIP. Este tema del aborto deben dejarlo insubsistente, hasta ser verdaderamente analizado ante personas expertas.
Ab. Wilson Molina Borja