A propósito de la renuncia del Sr. Evo Morales a la presidencia de Bolivia, y sus declaraciones con la entrevistadora mexicana Aristegui, en la cual sostuvo, ante la pregunta de la entrevistadora de por qué no se respetó el resultado del referendo sobre la reelección, muy orondo contestó que la Corte Constitucional de Bolivia “determinó que es un derecho humano el ser elegido”.

El mismo argumento se utilizó aquí cuando se promovía el cambio de la Constitución para que se permita la reelección indefinida de un expresidente.

Lo que se olvidan quienes esto argumentan, es que el derecho humano es de elegir y ser elegido, y que es un derecho de todos. Que las reelecciones indefinidas coartan este derecho a los demás. No entienden que las constituciones se redactan para regular el desenvolvimiento político de un país, para proteger a los ciudadanos de los abusos del poder y de otros peligros, y garantizar el derecho a todos los pobladores.

En el caso ecuatoriano al menos, los mismos partidarios del expresidente incluyeron esa limitación en la Constitución, para después querer cambiar lo establecido por ellos. Afortunadamente el cambio hecho en Ecuador sobre este tema, a espaldas del pueblo, pues no lo sometieron a un referendo como correspondía, se lo revocó, esto sí mediante consulta popular.

Es penoso que quienes han ejercido el poder político recurran a recovecos jurídicos e interpretaciones torcidas de legislaciones internacionales, para justificar su enfermedad por el poder.

José M. Jalil Haas