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Rafael Correa y Jaime Nebot
Rafael Correa y Jaime Nebot coincidieron en la inauguración de edificio de la Contraloría en Guayaquil.Archivo

RC5 y PSC, ¿compartirán el éxito o el fracaso de Daniel Noboa?

Dependerá de cuán sincero es el acuerdo al que han llegado. La prioridad de Correa es resolver sus juicios.  Nebot, la supervivencia del partido

¡No se harán los sabidos! Para bien o para mal, Rafael Correa con sus asambleístas y Jaime Nebot con los suyos llevarán en sus hombros el triunfo o el fracaso del gobierno de Daniel Noboa.

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Por el bien de todos los ecuatorianos es deseable que sea lo primero, pero eso dependerá de cuán sincero es el acuerdo al que han llegado. Supuestamente es un acuerdo para darle gobernabilidad al presidente y que únicamente abarca asuntos legislativos. 

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En resumen: “Armemos mayoría en la Asamblea, aprobamos las cinco leyes reformadoras que quiere el gobierno; al Partido Social Cristiano le damos la presidencia y unas cuantas comisiones; la Revolución Ciudadana se queda con el control del Consejo de Administración, la Comisión de Fiscalización y un par más; y el gobierno con aquellas en las que van a estar las leyes que quiere pasar.” 

Quisiera creerlo, pero no puedo. No puedo creerlo por los antecedentes de los intervinientes en el acuerdo, por no llamarle pacto.

Rafael Correa tratará de ir más allá. Su prioridad lógica en su agenda política es resolver su problema judicial y para ello requiere superar varios obstáculos, entre los más visibles la fiscal general, el contralor, recuperar el Consejo de Participación Ciudadana y terminar de armar el Poder Judicial.

Una vez que lo consiga se desmarcará del acuerdo, al igual que lo hizo con Lasso después de haber pactado la libertad para Jorge Glas, María de los Ángeles Duarte y Alexis Mera a cambio del ‘paquetazo’ tributario. Y no vengan con el cuento de que no pactaron porque ni Guillermo Lasso entre lágrimas jurando que no ha pactado con las “mafias políticas”, ni Correa chillando desde Bélgica: “los corruptos siempre fueron ellos”, pueden cambiar lo evidente.

Los asambleístas de la Revolución Ciudadana se abstuvieron de votar cuando se presentó el proyecto tributario y por esas abstenciones fue aprobado. Si realmente no hubo acuerdo ni pacto, sus alzamanos debieron votar en contra de esa ley y hoy no tuviéramos que soportar esos impuestos que nos ahogan.

Sin embargo, el expresidente es un hombre sagaz. Bastaron dos o tres ‘posteos’ diciendo que Lasso era el peor presidente de la historia para deshacerse de un pacto que podía afectar la candidatura de Luisa González. Muchos se lo creyeron. A Correa le fue bien con ese desmarque y ahora pretenderá hacer lo mismo.

Para Jaime Nebot es diferente. Él se jugaba la supervivencia de su partido y lo ha conseguido. Dirá, como siempre, que ningún socialcristiano estará en el gobierno de Noboa, pero sabemos que eso no es verdad. Nebot es demasiado hábil y mandará sin tener un solo ministro.

Su presencia política es lo suficientemente fuerte para que a cualquier ministro se le chorreen los pantalones con una llamada telefónica de su secretario de turno. El PSC también busca una cuota en el Poder Judicial y aunque sus asambleístas juren que no quieren tumbar a la fiscal, los procesos que ella maneja serán relevantes a la hora de decidir su juzgamiento político.

Que haya acuerdos, pactos o entendimientos no debe extrañarnos, la política es así, una búsqueda constante de poder. Y si Daniel Noboa consigue tener éxito gracias a este acuerdo, enhorabuena por el país. El problema está en que los intereses no van a parar en temas legislativos o de influencia en el gobierno, sino que intentarán ir tras la justicia, lo cual es muy peligroso.

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Por otra parte, ¿qué pasa si Daniel Noboa hace un gobierno exitoso? Posiblemente buscará ser reelecto; entonces, ¿qué pasará con quienes buscan las candidaturas en RC5 y PSC? Esta es otra razón para no ser identificados como gobiernistas. Correa empezará a cuestionar nombramientos o cualquier acción que quiera ejecutar Noboa y que considere que le puede afectar. Por su lado Nebot, más experimentado que Correa, no tomará ninguna decisión hasta el final y siempre buscará jugar con caballo ganador.

En el otro escenario, ¿qué pasa si Noboa fracasa? Obviamente van a querer desmarcarse y esconder la mano después de haber lanzado la piedra. Pero para eso está el periodismo, para recordarnos que hay un pacto entre RC5, PSC y el gobierno; que, por el bien de Ecuador, ojalá resulte exitoso, pero si fracasa que nadie se haga el sabido y que cada quien asuma el resultado de sus actuales decisiones.

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