Al abogado le propinaron siete tiros el pasado 12 de agosto.

Raul Llerena penso que le habia llegado la hora

Al abogado le propinaron siete tiros el pasado 12 de agosto.

El lunes 12 de agosto su vida ‘pendió de un hilo’. Ese día lo balearon. Hoy solo es un recuerdo, uno de los malos...

Ya ha pasado un mes y 14 días desde que al abogado Raúl Gilberto Llerena Guerrero le dieron de alta tras ser atacado por desconocidos. Ahora dice que está ‘preso’ en su casa.

Las 12 heridas en su cuerpo piensa que no son nada ante algo más importante aún: ¡conservar su vida! Llerena aseguró que los abogados penalistas suelen estar sujetos a este tipo de peligros.

En sus 36 años de trayectoria profesional, y 61 ‘vueltas’ de existencia, jamás imaginó que iba a padecer tan violenta desgracia que lo dejó 8 días en coma.

“Cuando me desperté no creía que era real. Pensé que había muerto y les preguntaba a mis familiares si era verdad todo esto”, confesó Llerena.

Apenas salió el 5 de septiembre del hospital supo que su vida no iba a ser nunca más la misma. Los evidentes cambios físicos, como haber bajado 25 libras de peso mientras estuvo asilado y la afectación psicológica, le cambiaron su existencia.

Ante su nueva realidad, Llerena tuvo aún más claras sus prioridades. Piensa que primero se recuperará en todos los aspectos esenciales y que hará una pausa momentánea en su oficio para luego definir sus proyectos.

La pesadilla

Llerena salía de su residencia ese lunes hacia una emisora radial donde debía dar un editorial. Esto a bordo de su vehículo conducido por un amigo. Cuando circulaban por el puente que une a Samborondón con Sauces 4 se les acercó abruptamente una moto con dos ocupantes y un carro.

“Iba leyendo un libro, cuando, de pronto, sentí una frenada brusca. Nuestro carro fue interceptado por un vehículo Tucson. Alzo la mirada y veo a dos sujetos en moto, uno con buzo negro y otro con buzo blanco. El de atrás sacó una pistola y comenzó a disparar”, recordó Llerena.

Los individuos escaparon de inmediato. Los siguientes minutos fueron claves. Su acompañante fue su salvador, pues con una mano le tapó una de las heridas en el área abdominal, evitando así a que se desangrara.

El conductor lo llevó a una clínica privada en el sector de la Alborada, donde permaneció hasta la madrugada del día siguiente, cuando lo trasladaron a un hospital del centro porteño.

“Llegué consciente a la clínica y luego me desmayé, pero en el trayecto repetía, ¡quiero vivir, no quiero morir, quiero vivir!”, comentó.

Ahora, más recuperado de su salud, el abogado expresó que debe realizar una terapia de rehabilitación. Cree que ‘corrió’ con suerte, pues sus movimientos corporales están normales.

Llerena dijo que de las siete balas que impactaron contra su automotor, tres dieron en su pecho, otra en su hígado y otra en su brazo izquierdo.

“Tengo en mi cuerpo alrededor de unas 12 cicatrices. Tengo aún proyectiles, que ya están encapsulados y que los médicos recomendaron no extraerlos, salvo que tenga molestias mayores”, explicó.

Ahora solo anhela recuperarse. Lo demás se verá ya.