Quebradas estructuras
Armero de Ascázubi. Cuando ocurrió el aluvión en La Comuna y La Gasca, esta quebrada se taponó.Foto: Ángelo Chamba

Quito: La limpieza técnica de quebradas se encargaría al sector privado

Emaseo debe terminar en este mes, los términos de referencia para contratar este servicio

Escombros, rocas y todo tipo de residuos se acumulan en las quebradas del Distrito Metropolitano de Quito. En invierno, quienes viven alrededor de ellas se preocupan; mucho más luego de haber enfrentado en 2022 y 2024, aluviones en La Comuna. Varias instituciones municipales, como la Secretaría de Ambiente, las empresas de Aseo, Agua Potable y de Gestión de Residuos Sólidos coordinan acciones, enmarcadas en la Ordenanza Verde- Azul.

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La tarea de Emaseo

Jorge Jaramillo es el gerente de la Empresa Pública Metropolitana de Aseo (Emaseo). “Por la ordenanza Verde- Azul nos obligamos a recoger residuos sólidos en lechos de quebradas; es una tarea sumamente difícil”, dijo, entrevistado por EXPRESO. Adelantó que hasta este marzo esperan delinear los términos de referencia, para acceder a servicios especializados en esa materia, a través de la Ley de Contratación Pública.

Algunos trabajadores de Emaseo recibieron una capacitación, para encargarse de estas tareas de limpieza en las quebradas de Guápulo, El Recreo y El Trébol. El objetivo fue determinar las necesidades y calcular los posibles costos, que una empresa o consorcio privado pudieran cobrar.

“Son decisiones que obedecen a políticas públicas, para mantener ríos y quebradas limpios. Pero es una tarea que antes no hacíamos, por lo que han aparecido nuevas necesidades”, comentó el gerente Jaramillo.

Para recoger los residuos en las quebradas, Emaseo requirió maquinaria especial y ciertos cuidados, como que un trabajador no puede mantenerse en esa labor durante más de cuatro horas. Además, detalló el gerente, si se puede acceder con carro, el trabajo tendría un costo; otro más, si se requeriría una grúa; señala que se necesita un equipo especial y luego pasar por desinfección. Y llevar el material a una disposición final.

El gerente Jaramillo explicó que les interesa también que la empresa, que se encargue de esta tarea, se acerque a la comunidad y haga una labor de concientización con moradores, comercios, etc. Quieren que la limpieza perdure.

Una opinión ciudadana

Estefanía Pabón, del colectivo Quebradas Vivas, apunta que como fundación no responsabilizan solamente al Municipio. Los ciudadanos siguen arronjando basura, dice. Pero anota que hay casos icónicos, que podrían servir como ejemplo.

Se refiere a la quebrada de Carretas, en Carapungo, al norte de la ciudad. Durante dos décadas, comenta, botaron incluso aguas residuales en ella. Y se ha logrado concretar un trabajo de remediación en ella. Ya no hay agua contaminada.

Sin embargo, Estefanía Pabón señala que vivir a dos metros de una quebrada implica desarrollar problemas de salud mental, que no son tratados. “Somos vulnerables, al estar cerca de un hueco de 40 metros de profundidad. En 1996, la quebrada medía cinco metros. Con el tiempo se hizo más profunda”. Le preocupa además, relata, que no tienen certezas pues el Municipio no les ha confirmado si deben ser expropiados o no. Y tampoco están conformes con que solo les entreguen 8.000 dólares a cambio.

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Los geólogos

Para el geólogo Luis Pilatasig, al hacer labores de limpieza, se debe tomar en cuenta que en una quebrada se puede encontrar diferentes tipos de materiales: antrópicos o intervenidos por el ser humano y de orden natural, como rocas, mezclados con arena o arcilla. “Se han encontrado bloques de hasta cuatro metros de diámetro”, dice.

Por su lado, la geóloga Liliana Troncoso subraya que la limpieza de una quebrada, no garantiza que no se produzca un aluvión. Y pone como ejemplo lo ocurrido en 2022 y 2024, en El Tejado. En el primer caso hubo alto contenido de basura y en el segundo, agua fresca.

“Los humanos creemos que las intervenciones generan cambios beneficiosos. No necesariamente, hay que conocer su comportamiento. Una quebrada es un drenaje, un canal natural. Desde la época republicana han sido vistos como botaderos; algunos han sido tapados totalmente y ahora sufrimos las consecuencias”. En la ordenanza se habla de un Plan de Gestión de Quebradas, que la Secretaría de Ambiente está por presentar.

El contexto

En julio del 2023, la Ordenanza de Infraestructura Verde-Azul fue aprobada, surgió de una sentencia de la CC, a favor del río Monjas.

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