Las protestas de Hong Kong contra China

Hong Kong, oficialmente Región Administrativa Especial de Hong Kong de la República Popular China, es una de las dos regiones administrativas especiales que existen en ese país. Situado en la zona de Asia Oriental, el territorio está rodeado por el mar de la China Meridional en el sur, y por China continental en el norte, y limita al este con Macao. Posee una superficie total de 1.104,4 km² divididos entre la isla de Hong Kong, Kowloon y los Nuevos Territorios. Fue colonia británica como consecuencia de la primera Guerra del Opio, que derivó en la firma del Tratado de Nankín. El protectorado estuvo vigente por más de un siglo y medio, época en la que la región experimentó una significativa transformación motivada primordialmente por el impulso a su infraestructura. Tras la Segunda Guerra Mundial, los japoneses ocuparon el territorio hasta 1949, cuando el Imperio británico volvió a retomar el control. No obstante, a mediados de 1997 se hizo efectiva la transferencia definitiva de su soberanía a China, aunque debido al principio de «un país, dos sistemas», Hong Kong tiene un nivel de autonomía superior a otras regiones del país.

A diferencia de China, el sistema político de Hong Kong incorpora la separación de poderes y está encabezado por el jefe ejecutivo, que resulta elegido por el Comité Electoral y posteriormente es designado por el Consejo de Estado de la República Popular China. Su economía se caracteriza por ser de libre mercado, además de contar con una de las bolsas de valores más grandes del mundo.

La ciudad ha mantenido su independencia judicial, su propia legislatura, sistema económico y su moneda: el dólar de Hong Kong. Sus residentes gozan de la protección de ciertos derechos, incluyendo la libertad de expresión y de reunión, libertades civiles que no están a disposición de sus homólogos en China continental.

Un proyecto que los afecta. Pese a esta cierta independencia, el Gobierno chino presentó un proyecto de ley que autoriza la extradición de criminales sospechosos a China lo que originó una multitudinaria protesta que se inició pacíficamente. Como los uniformados han respondido con gases lacrimógenos, las manifestaciones que han seguido se tornaron violentas. Han sido tan violentos los enfrentamientos que han provocado la cancelación del debate del proyecto de ley en el Consejo Legislativo, un ente que está alineado con Pekín. Según las autoridades, el proyecto permitiría llenar actuales “vacíos” en la legislación. Los manifestantes afirman que es un intento por limitar la independencia judicial del territorio, una región administrativa especial de China con un elevado nivel de autonomía.

De aprobarse la ley, nadie estaría a salvo, incluyendo activistas, abogados de los derechos humanos y trabajadores sociales. La medida también se ha condenado en el exterior, con la Unión Europea, Reino Unido, Canadá y Estados Unidos, entre otros, expresando preocupación. La ley dejaría a Hong Kong más susceptible a la “coerción política” de China y erosionarían aún más la autonomía del territorio.

Hong Kong tiene acuerdos de extradición con 20 países, incluyendo Reino Unido y EE. UU., pero nunca ha entrado en un pacto con China. Los críticos atribuyen el fracaso de un acuerdo a las pobres protecciones legales para los acusados que ofrece el sistema judicial chino. El mayor problema consiste en que el Consejo Legislativo donde se discute la ley de extradición, es pro-Pekín. La Ley Básica que rige en Hong Kong vencerá en 2047 y es difícil predecir qué sucederá con la autonomía del territorio entonces.

Las protestas continúan con más fuerza, a tal punto que el Consejo Legislativo, pro-China, sigue anunciando que no se continúa tramitando el proyecto, pero los hongkoneses exigen que retire definitivamente el proyecto y que renuncie la actual jefa ejecutiva.

Conclusión. Es admirable la actitud del pueblo de Hong Kong, unido en todos los niveles, que tienen la valentía de hacer respetar su situación. Esto los mantiene con una posición de soberanía, aunque limitada, constituyendo un ejemplo para el mundo, donde existe gran cantidad de gobiernos dictatoriales, acostumbrados a cometer abusos y a violar derechos humanos. Con un pueblo decidido no existe fuerza que detenga la voluntad popular. No creemos que China se atreva a repetir otra matanza como la de Tiannamen. Además al régimen chino, con una economía capitalista y un gobierno políticamente comunista, le interesa mantener a Hong Kong, que es una forma de sacar provecho de la libre empresa de esta zona, para obtener mayores ingresos de moneda extranjera.