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Comparecencia. El ministro Richard Martínez llegó con media hora de retraso y ocupó su lugar.(Karina Defas / Expreso)

Proforma Presupuestaria: Martínez vs. resto del mundo

El ministro de Economía expuso la proforma presupuestaria para el 2020 en la Asamblea Nacional. Los correístas no dan respiro: ya la quieren tumbar.

Intercambio de puyazos en la Comisión de Desarrollo Económico. Ni 24 horas después de que el Pleno de la Asamblea archivara el proyecto económico urgente del Ejecutivo, al ministro de Finanzas, Richard Martínez ya le tocó acudir a la sede legislativa para exponer el contenido de la proforma presupuestaria 2020. Durante media hora se centró en los aspectos técnicos de la propuesta. Hizo todo lo posible por mantenerse al margen de la política. Pero cuando vino la ronda de preguntas y los miembros de los Comisión criticaron los defectos de la proforma (quejándose, por ejemplo, de la falta de incentivos para ciertos sectores, como el turismo); cuando incluso lo acusaron, desde el ala correísta, de manipular y falsear las cifras, Martínez estalló. Enrostró a los asambleístas sus propias responsabilidades. Algunos de ellos replicaron. Por momentos, subió el tono de las intervenciones. Finalmente, el ministro optó por el silencio.

“El domingo la Asamblea —dijo cuando se sintió acosado— archivó un paquete de reformas que, precisamente, garantizaba un mejor financiamiento del déficit. Desde el Gobierno estábamos dispuestos a conversar, pero todo el proyecto fue bloqueado. Ya se ven los resultados en el mercado internacional. Fíjense cómo amaneció el precio de los bonos. Fíjense cómo el riesgo país se disparó sobre los mil puntos...”. Martínez hizo notar que no es posible oponerse a los impuestos, a la eliminación de subsidios, al recorte del tamaño del Estado y pedir un presupuesto óptimo. Y pidió coherencia.

Al grito de “no le acepto” saltaron los correístas. Juan Cristóbal Lloret, que no pertenece a la Comisión pero asistió como refuerzo, fue el más duro: “No le acepto que la factura del archivo de la ley caiga sobre la Asamblea. Esa factura cae sobre el Gobierno. Ustedes dialogaron dos años y resulta que todos los sectores, empresarios, sindicatos, movimientos indígenas, todos estuvieron en contra”. De lado y lado, voces terminantes, gestos concluyentes, miradas tensas.

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[MISSING]binding.image.description(Karina Defas / Expreso)

Lo cierto es que si el Gobierno hubiera aceptado dividir su enorme, inasible proyecto de 404 artículos en dos bloques (uno con reformas fiscales, otro con los temas de arquitectura monetaria y financiera para tratar más adelante), ya contaría a estas alturas con un nuevo paquete de impuestos que le ayudaría a solventar el déficit. Así lo había propuesto la asambleísta Gabriela Larreátegui, de SUMA, que nunca estuvo de acuerdo con archivar el proyecto. El empecinamiento del régimen y la errática conducción del debate en la Asamblea la llevaron a votar a favor de la moción de archivo. Y su voto fue el definitivo.

Ahora el Gobierno parece haber aprendido de sus errores, según el ministro Martínez. “En las próximas horas —dijo— se enviará un nuevo proyecto urgente” que se limitará a lo fiscal y se reafirmará en varios de los puntos rechazados: básicamente, “establecer impuestos dirigidos a los que más ingresos tienen”, es decir, las empresas y las personas naturales con ingresos superiores al millón de dólares y a los cien mil dólares netos anuales, respectivamente. Que la Asamblea hubiera votado en contra de esos impuestos le parece inaudito. Al respecto, nadie en la comisión dijo pío. También callaron los comisionados cuando les preguntó, mirándoles a los ojos, si “alguien en esta mesa necesita que el Estado le subsidie la gasolina”.

Mientras tanto, el correísmo ya quiere cargarse la proforma. Que “es inconstitucional —dijo un Lloret ensoberbecido por el triunfo de la víspera— y no puede ser aprobada”, porque no cumple con el precepto constitucional de incrementar en un 0,5 por ciento los presupuestos de educación y salud. Respiró profundamente Martínez y en el salón de reuniones se produjo un ‘déjà vu’: la explicación de las diferencias técnicas entre proforma y presupuesto codificado, un debate que tuvo lugar en este mismo lugar hace un año exactamente. No volvió el correísta a mencionar el tema.

El debate de la proforma recién empieza. La Comisión de Desarrollo Económico, que dirige el oficialista (¿serranista?) Esteban Albornoz tiene un arduo trabajo por delante. El Pleno tratará el tema en un solo debate.

✦Proforma

El fantasma del déficit

La proforma gira en torno a una cifra escalofriante: la del déficit. 3.384 millones de dólares. Una cantidad que amenaza con trepar sobre los 5 mil millones si no se cumplen las metas de concesión de empresas públicas calculadas en el mismo presupuesto: 2 mil millones. La mala noticia: este año se hablaba de mil millones por ese rubro y la meta no se cumplió.

✦El detalle

Crecimiento mínimo. El crecimiento económico proyectado para 2020 es frustrante: apenas el 0,57 por ciento del producto interno bruto.