Productos quimicos contra el desempleo

La elaboración de productos químicos de primera necesidad son una alternativa de emprendimiento para el desempleo joven que es el 40.4% del desempleo total según el INEC en diciembre 2017, también es una alternativa de ahorro en el hogar.

Fragancias como pino, chicle, fresa y otros más inundan el patio del Colegio Regional de Ingenieros Químicos (ciudadela La Herradura, Calle Primera y Avenida Agustín Freire) y varias balanzas digitales se convierten en el instrumento utilizado para dar el peso exacto a las distintas fórmulas químicas. El curso realizado el 7, 8 y 9 de marzo pasado fue dirigido a estudiantes de Ingeniería Química pero también al público en general.

La realización de 18 fórmulas distintas de productos químicos de primera necesidad fue el eje principal del curso que buscó generar conocimientos y que “los jóvenes no salgan a buscar empleo sino más bien produzcan su propio negocio”, según comenta Maggy Moya, presidenta del CRIQL.

El uso diario que tiene la mayoría de estos insumos (que son de uso doméstico) fue lo que motivó a que cerca de 50 personas, en su mayoría jóvenes realicen el curso que contaba con dos partes: la teórica, encargada en conocer la materia prima y luego la experimental de la creación de los productos. La posibilidad de acortar la brecha del desempleo joven (personas hasta 24 años) que se ubicó en el 40.4 % del total de desempleados según el INEC en diciembre del 2017.

Jorge Báez, ingeniero químico e instructor del curso asegura que: “Los participantes no necesariamente tienen que tener las bases de la química para realizar los productos, cualquiera que venga para acá se lo direcciona para que pueda ir trabajando de la mejor manera”.

Báez además comenta que el emprendimiento se puede ir escalando comenzando desde el hogar: “Con la comercialización de estos productos a nivel de la familia, luego el barrio y luego me voy ampliando a medida que voy vendiendo”.

La lista de productos fue tan versátil y su acogida igualmente equitativa, al final de la práctica los asistentes pudieron llevar los productos elaborados que iban desde mentol, desinfectantes, jabón líquido, cloro, cera para piso, lavavajillas, suavizantes hasta champú para carro y brillo para llantas o panel.

Alfredo Gutiérrez se enteró del curso por redes sociales y le llamó la atención una posible oportunidad de negocio juntando su estudio como economista: “Con la obtención del conocimiento de hacer este tipo de productos lo puedo juntar con la parte financiera”.

Gutiérrez afirma que: “Para mí como participante los que podrían tener una buena demanda o un buen margen de ganancia serían los lavavajillas o los abrillantadores para las llantas y paneles del carro. No se puede dejar aparte el tema del cloro”.

Entre los participantes al curso y el instructor el tema de precios fue un consenso en el ahorro que se tiene entre la preparación comparado con la compra en grandes cadenas de abastos. Báez asevera que: “Si me pongo a comprar en el comisariato un litro de desinfectante o cloro, las diferentes marcas que existen no deja de costar menos de tres dólares el litro, aquí los chicos pueden sacar un galón por el mismo precio”. Una relación de tres a uno.

Finalmente la directa del CRIQL sigue buscando mediante los cursos el constante aprendizaje siendo un ente oficial en la elaboración de productos químicos, Moya comenta que el siguiente curso consistirá en la elaboración de velas aromáticas.