Proceso, una utopía en el fútbol nacional

Proceso, una utopia en el futbol nacional

“Los (directivos) presentan (a los entrenadores) como lo mejor del mundo, pero cuando las cosas no van bien les resulta fácil sacar al técnico, porque es una forma de liberar la presión que los hinchas ejercen sobre ellos. El proceso se corta, llega u

El empate 0-0 que Delfín cedió en “casa” frente a la Universidad Católica y que lo envió al antepenúltimo casillero de la tabla de posiciones cobró la quinta ‘víctima’ del campeonato ecuatoriano de fútbol, Fabián Bustos.

El argentino se sumó a Marcelo Trobbiani (River), Claudio Borghi (Liga de Quito), Humberto Pizarro (Mushuc Runa) y Raúl Duarte (Fuerza Amarilla), los otros directores técnicos que fueron cesados antes del término de la primera etapa del torneo doméstico.

Los cinco equipos que dirigieron esos profesionales están en las seis últimas posiciones de la tabla, confirmando aquello de que los técnicos son hijos de los resultados. Solo Carlos Ischia (Aucas, octavo lugar) se mantiene en su puesto.

José Federico Minda, exfutbolista ecuatoriano, y Janio Pinto, entrenador brasileño, coinciden en que en nuestro medio es “difícil mantener un proceso”, porque cuando los equipos cosechan dos o tres malos resultados “la confianza de los dirigentes se acaba”.

“Los (directivos) presentan (a los entrenadores) como lo mejor del mundo, pero cuando las cosas no van bien les resulta fácil sacar al técnico, porque es una forma de liberar la presión que los hinchas ejercen sobre ellos. El proceso se corta, llega un nuevo timonel a mitad del camino y le toca trabajar con un plantel que él no armó, muchas veces con el único objetivo de intentar salvar la categoría”, acota Minda.

Pinto está convencido de que los acuerdos contractuales no siempre son favorables para el director técnico y que existen diversos parámetros para medir el trabajo de ellos.

“Para nadie es un secreto que al extranjero le tienen más paciencia que al nacional, pero en general la permanencia depende de los resultados a corto plazo. No se sostiene un proyecto que, posiblemente al principio cueste, pero a la larga será beneficioso para la institución”.

Las excepciones que confirman la regla son Pablo Repetto y Jorge Célico, que se han mantenido durante algunos años en Independiente y Universidad Católica, respectivamente.

Las reglas de juego están escritas y mientras el fútbol siga generando tanta pasión, ante la adversidad siempre será más fácil cambiar solo una de las piezas de esa enorme maquinaria llamada equipo. MGD