El polvo. La remoción de escombros levanta polvo que, según los médicos, puede provocar afecciones en la garganta y problemas respiratorios.

Como prevenirse de las epidemias

Asistencia. Epidemiólogos del Ministerio de Salud y voluntarios trabajan en la estrategia que se aplicará en las zonas afectadas para evitar las enfermedades.

La situación sanitaria es delicada. La prioridad de los servicios de salud, que atienden a los damnificados y afectados por el terremoto de Pedernales, es atender a los heridos, derivándolos hacia casas de salud de Quito, Guayaquil, Santo Domingo, y proteger a la población más vulnerable: los niños y los adultos mayores.

Según el Ministerio de Salud, se está ejecutando una estrategia para garantizar la seguridad, continuidad y suficiencia de la prestación de los servicios de salud en todo el país y, en especial, en las provincias de Manabí y Esmeraldas, que son las más afectadas por el terremoto de 7,8 grados del sábado pasado, cuyo epicentro fue Pedernales.

El médico pediatra Ricardo Alcívar Zambrano, de la clínica Kennedy de Guayaquil, recomienda tomar medidas urgentes que eviten la ocurrencia de grandes problemas sanitarios en el corto plazo. De no hacerlo de manera acelerada, habrá epidemias.

Alcívar asegura que la vulnerabilidad es muy alta porque hay muchos niños y adultos durmiendo a la intemperie, en condiciones de higiene deplorables, que están mal alimentados, y que necesitan reforzar sus defensas. El médico recomienda tener mucho cuidado con el agua que se bebe porque, si no está bien tratada, puede provocar problemas estomacales.

Ante esa vulnerabilidad, las Fuerzas Armadas han vacunado a una parte de los 10.802 uniformados que están trabajando en las zonas de desastre con el fin de precautelar la salud de ellos y de las personas que están asistiendo y que están en situación de vulnerabilidad, más que nada por los virus de la gripe, el dengue, el chikunguña y el zika; los tres últimos transmitidos por mosquitos.

Otra brigada de voluntarios -médicos, psicólogos y epidemiólogos- llegó ayer a las provincias de Manabí y Esmeraldas. Su misión es ayudar a la población a protegerse de las enfermedades. Las primeras recomendaciones es no beber agua cruda y utilizar repelentes, si tienen, para evitar las picaduras de mosquitos.

En total, según Salud, hay unos 5.500 médicos (4.000 del sistema de salud y 1.500 voluntarios) brindando servicio a través de las unidades de atención de primer nivel, que no sufrieron afectación por el terremoto, y en los hospitales y unidades móviles, que han sido instalados en varias poblaciones.

Hacia esos puntos de salud y los albergues han sido priorizados el restablecimiento del servicio eléctrico, con la finalidad de que la atención sea posible durante las 24 horas del día.

Hasta ayer, el Ministerio había desplegado a 128 médicos y enfermeros hacia el servicio de sanidad militar, que está llegando a los sectores más apartados, donde no hay centros de salud.

Otra prioridad en esas zonas alejadas son las plantas potabilizadoras de agua, que permitan tratar las aguas con el fin de evitar epidemias. Hasta ayer, seis plantas portátiles de las Fuerzas Armadas eran trasladadas hacia las zonas de desastre y otras cuatro de la Secretaría del Agua estaban instalando en Portoviejo.