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Los presidenciables marcan sus estilos

Es cuestión de estilo. No de moda, sino de liderazgo político. Los candidatos presidenciales empiezan a mostrar algunos rasgos de su personalidad.

Lenín Moreno, Alianza País. Híbrido: Es un guerrero sonriente. Maneja su propio discurso que en ocasiones no encaja con el oficialista. Esto es visto como un intento de desmarcarse. Solidario: Su trabajo por las personas con discapacidad lo catapultó.

Es cuestión de estilo. No de moda, sino de liderazgo político. Los candidatos presidenciales empiezan a mostrar algunos rasgos de su personalidad. Unos son temperamentales, otros híbridos y otros conciliadores con sus adversarios. Pero ¿qué ‘rostro’ les sienta mejor para capturar el corazón de los votantes? Según los analistas consultados por EXPRESO, el estilo político de los postulantes refleja mucho sobre ellos, de su imagen e identidad.

En el tablero electoral hay ocho nombres para reemplazar al presidente Rafael Correa y cada uno de ellos tiene sus propias características a la hora de exponerse en la campaña.

Cynthia Viteri, del Partido Social Cristiano (PSC), por ejemplo, tiene un estilo confrontativo, un discurso y una actitud de ataque contra el Gobierno e incluso contra los otros candidatos. “Explota su personalidad, es una luchadora, con un temperamento muy fuerte y usa muy bien la tarima”, dijo Gustavo Isch, analista político y presidente ejecutivo de Estratégika Consultores.

Según él, ella se posiciona como la nueva cara del PSC. Tiene el mismo estilo político de León Febres-Cordero y Jaime Nebot, señaló. “No debe olvidar que los electores rechazan el estilo belicoso del presidente Correa”, recomendó.

¿Cómo ven al candidato Guillermo Lasso, líder de la alianza CREO-SUMA? Los expertos coinciden en que tiene un estilo conciliador, sus discursos tienen un tono opuesto a los del primer mandatario. No se lo ha visto desencajado ni duro en sus encuentros con diferentes sectores sociales. “Su actitud y comportamiento reflejan una imagen de unidad y no confrontadora. Eso podría calar en los votantes, si tiene buenos mensajes”, opinó Sebastián Mantilla, director del Centro Latinoamericano de Estudios Políticos.

Otro ejemplo de estilo conciliador, tranquilo y hasta dialogante es Paco Moncayo, candidato presidencial por la Izquierda Democrática.

Él actúa como si no quisiera dar batalla a los demás contrincantes. Sin embargo, sostiene el docente de la Universidad Tecnológica Equinoccial, José Salgado, esa tal vez no es la imagen que esperan los votantes de uno de los protagonistas de la Guerra del Cenepa.

“Moncayo tiene los mejores elementos, un relato interesante, es dinámico, sale a trotar todas las mañanas y se lo ve de mejor aspecto que a los otros. Pero todavía no despega”, sostuvo el consultor político guayaquileño Oswaldo Moreno.

El aspirante presidencial por el movimiento PAIS, Lenín Moreno, tiene un halo ‘híbrido’: no es guerrero y recurre a la sonrisa. Trata de alejarse de Correa con un discurso, supuestamente, crítico, dicen. “Es como un vecino muy coloquial y fácil para establecer una conversación. Pero ¿eso se podrá traducir a un presidente democrático, con autoridad y liderazgo político para levantar al país?”, preguntó Esteban Nicholls, politólogo de la Universidad Andina.

Dalo Bucaram, el presidenciable de Fuerza Ecuador, es un ‘peleador’, aunque no se suba al ring en la campaña electoral. La invitación que lanzara al candidato a la Vicepresidencia, Jorge Glas, a un debate sobre los Papeles de Panamá ha sido el eje principal de su discurso en sus últimas intervenciones.

Patricio Zuquilanda, del PSP; Iván Espinel, de F. Compromiso Social y Washington Pesántez, de Unión Ecuatoriana, no han tenido suficiente exposición pública como para definir su estilo. Édgar Vega, docente de la Universidad Andina, es partidario de esperar un poco para definir a los presidenciables. “Están en fase preliminar, en la que prima la demagogia pura”, sentenció.