Presagio electoral

Las elecciones en EE. UU. y en Ecuador no podrían ser más diferentes. Punto número uno, las primarias. Si bien ahora hemos puesto en práctica el concepto, aún no lo vivimos. Allá arriba son una verdadera competencia: los candidatos de cada partido lo dan todo de sí, no hay acuerdos pactados previamente. Segundo, se permite la campaña sucia; en otras palabras, el ataque propagandístico se convierte en un elemento central en su estrategia publicitaria. Los golpes entre los candidatos son frontales, por lo que deben estar listos para atacar y para defenderse. Y por último, no gana el que tiene más votos a nivel nacional, sino el que haya ganado en más estados, por lo que el discurso es menos general y más direccionado. Sin embargo, hay dos aspectos que me hacen dudar si estoy siguiendo las elecciones estadounidenses o las ecuatorianas. Primero, la presencia de Obama en la campaña de Hillary. El apoyo del presidente saliente es central para la imagen de Clinton, especialmente porque no transmite la misma confianza que él. Su respaldo fue más allá de un voto de confianza, Obama aclaró que elegirla era apostar por el “cambio” que prometió desde su campaña presidencial del 2008; en otras palabras, por el continuismo del proyecto. Algo parecido a lo que significaría la presencia de Correa con el nuevo candidato de PAIS. Sin embargo, una gran diferencia es que Hillary ocupa el lugar central en su campaña; dudo que ocurra lo mismo en la 35. Más bien creo que el presidente saliente le robará el protagonismo. Pero, hay una semejanza aún mayor. Bernie Sanders, oponente en las primarias demócratas, una vez que vio su batalla perdida, terminó apoyando la candidatura de Clinton, esperando que parte de sus 12 millones de seguidores hiciera lo mismo. No lo hizo porque le tenga estima, ni porque esté de acuerdo con su programa de gobierno, sino porque es la única opción para evitar que Donald Trump llegue a la Casa Blanca. La única forma de evitar la destrucción del país. ¿Familiar? Paciencia entonces, pronto se cumplirá este presagio electoral.

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