Jornada. Martha Lara (i) vende prendas amarillas en un puesto improvisado en el sector de la bahía.

La prenda amarilla lidera las cabalas de fin de ano

Sostenes, calzones y calzoncillos amarillos son los más vendidos en los almacenes y centros comerciales. Mientras que en los mercados y carretas ubicadas en diferentes sectores de la ciudad, las uvas tienen buena demanda.

La venta de prendas interiores de color amarillo (así como de uvas, maletas, velas, inciensos, etc.) se acentúa a medida que se acerca el último día del 2016. Estas son adquiridas por personas que desean cumplir una tradición o una cábala que les prodigue mejores días en el año venidero.

Sostenes, calzones y calzoncillos amarillos son los más vendidos en los almacenes y centros comerciales. Mientras que en los mercados y carretas ubicadas en diferentes sectores de la ciudad, las uvas tienen buena demanda.

Durante un recorrido realizado por Diario EXPRESO en varios puntos de la ciudad, se pudo observar que las tiendas que comercializan estos productos ya están listas para ofertar sus variedades a los clientes asiduos a este ritual.

Sandra Tutivén, de 35 años, buscaba ayer en el sector de la bahía, ropa interior de color amarillo para recibir el año con prosperidad. “Es una cábala que la hago todos los años porque me ha dado buenos resultados”, indica en un puesto de ventas, cuya propietaria asegura haber vendido hasta el mediodía más de dos docenas de calzones y sostenes de ese color.

En cambio su amiga Samantha dice que se pondrá un interior rojo para ver “si por fin encuentro un novio”.

Los precios de las prendas oscilan entre $ 2 y $ 15 por unidad, según la calidad de la tela y el lugar donde lo compre.

Vendedores de los locales ubicados en Lorenzo de Garaycoa, desde Aguirre hasta Sucre, explican que el negocio incrementa a medida que se acercan las últimas horas del año.

Otro producto que registra gran demanda es la uva. Mario Loor, comerciante de frutas en el Mercado Central, afirma que usualmente vende dos cajas diarias, pero que entre el 30 y 31 de diciembre expende hasta cinco por día.

Silvia Mateo, una ama de casa, anota que comprará seis libras de uvas para comerlas junto a sus hijos, nietos, sobrinos y nueras mientras suenan las doce campanadas de fin de año. “Siempre cumplo con esta cábala que sí me ha funcionado hasta ahora, ya que estoy junto a mi familia”, señala.

Mientras, Ruth Luna cuenta que todos los años prepara un baño de suerte con más de cinco esencias y pétalos de flores, para asegurar un año próspero. A ello le suma las velas que enciende cerca del baño. Ella gasta más de $ 60 en este ritual.

En cambio, Ana León asegura que comprará una maleta para correr por toda la manzana cuando den las doce de la noche. “Lo he hecho antes y me ha dado buenos resultados”.

En todo caso, quienes dan fe de lo efectivas que son estas cábalas, son los comerciantes.