Premiados

Último viernes del 2017. Y me gustaría empezarlo, entregando 5 premios. Premio a la coherencia: Donald Trump. Premio al mejor estratega: Vladimir Putin. Premio a la resistencia: Ángela Merkel. Premio a la inoperancia política: Mariano Rajoy. Y premio nacional: a Lenín Moreno. Donald Trump es el primer galardonado por no haber sorprendido. No hay sarcasmo en mis palabras. Si algo mostró fue coherencia. Ha sido fiel a su discurso y su estilo: adiós a los “Paris Accord” y al tratado sobre los refugiados; bienvenida posible guerra nuclear con Corea. ¿Sorprende? En lo absoluto. Ser coherente tiene su mérito, pero ejercer el poder de la primera potencia mundial no resulta digno de admiración. Ha decidido de forma unilateral qué le conviene y los demás países han tenido que ver cómo se adaptan. Sí, ha impuesto su voluntad, pero no, no ha incrementado su esfera de influencia. Por eso, el mejor estratega tiene nombre y apellido. Después de este año, las decisiones que se tomen en el Medio Oriente tendrán la firma rusa. Sin (solo) amenazas, Putin logró proteger el régimen de Al Asad en Siria, y traer a Turquía de su lado; y EE. UU. solo pudo observar. Premio a la resistencia: Merkel. Un aplauso a la señora que entre la separación con Reino Unido, la crisis de los refugiados, el crecimiento de Rusia, un presidente estadounidense que no la quiere, y un Parlamento donde aún no puede formar gobierno, mantiene de alguna forma a la Unión Europea a flote. Y así como en Alemania hay un ejemplo de quien sabe hacer política, en España su presidente demuestra lo contrario: Mariano Rajoy. Su manejo ante la crisis de Cataluña terminó (i) alimentando el discurso independentista, y (ii) consagrando a Ciudadanos como el partido a hacerle frente a los independentistas (por la gestión del PP nadie confiaría). Y por último el premio nacional. Si bien los héroes en Ecuador han sido varios, quien ha permitido este cambio se sienta en Carondelet. Ojalá después de ocuparse de los cambios políticos, se centre este 2018 en los económicos, y sorprenda nuevamente. Ahora sí, adiós 2017. Y a usted, ¡feliz Año Nuevo!