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Prediabetes, una dura antesala

Si los niveles de azúcar en la sangre están entre 100 y 125 mg/dl está cerca de ser diabético. Esa condición se puede revertir.

Hoy es el día mundial de la diabetes, una enfermedad cada vez más frecuente.

A los 31 años, a Eduardo Santiago (40) le diagnosticaron diabetes hereditaria. Esta condición siempre fue un factor de riesgo para tener la enfermedad.

Hace un año su cuerpo se descompensó. Sus niveles de glucosa (azúcar en la sangre) habían sobrepasado los 400 miligramos decilitros (lo normal es hasta 100) por lo que su organismo colapsó. Tuvo que hacer cambios en sus hábitos si quería mejorar.

“Eliminé el arroz, las harinas, las frituras, el aceite en las sopas, aumenté el consumo de pescado, así como las porciones de vegetales, verduras; y camino todos los días, evito coger taxi o mototaxi, y tomo más agua”, dice el hombre, quien ha logrado mantener los niveles de glucosa entre 90 y 100.

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Con los cambios, Santiago se considera un paciente prediabético, es decir, que tiene la condición de desarrollar la enfermedad, pero que por su buena alimentación y actividad física, la mantiene alejada.

Y es que la diabetes, antes de presentarse (con niveles de glucosa sobre los 126 miligramos decilitros en sangre), tiene una etapa previa reconocida como prediabetes. Esto es cuando el paciente arroja niveles de azúcar en la sangre entre los 100 y los 125.

Esa es la alerta que da el organismo sobre una posibilidad de padecer diabetes tipo 2, explica el presidente de la Sociedad de Endocrinólogos, núcleo del Guaya, Pablo Segarra.

“Si se detecta que tiene la condición de prediabetes puede modificar factores de riesgos, aunque hay factores de riesgo que no son modificables: la herencia familiar y la edad, pero sí se puede modificar el sedentarismo o disminuir el peso”, anota el médico.

El responsable del servicio de endocrinología del hospital del IESS Ceibos, Carlos Solís, añade que un paciente diabético puede haber estado entre 10 y 15 años con los valores de glucosa en el rango de prediabetes y en ese tiempo pudo haber cambiado hábitos para disminuir el riesgo.

“Si en este instante predicen el riesgo, te diagnosticas y haces cambios en el estilo de vida: una dieta adecuada y bajas de peso, hay posibilidad en un 50 por ciento de que vuelvas a la normalidad. Esa es la diferencia entre la prediabetes y la diabetes”, agrega.

Pero, ¿qué sucede con ese otro cincuenta por ciento?

Solís dice que 25 de cada 100 se quedan como prediabéticos. “También es un valor agregado que tú lo sepas y hagas un cambio en tu vida, o sea, te vas a quedar con un azúcar ligeramente más elevada de lo normal, pero con una actitud de control”, explica.

Y el otro 25% de pacientes, a pesar de ser intervenidos, van a ser diabéticos. “La diferencia es el tiempo en que lo va a ser, si cambias tu estilo de vida, mejoras tu alimentación, haces ejercicio, este tiempo en que progresa la enfermedad va a ser mucho más largo. Ganas salud, ganas años”. Precisamente lo que sucede en el caso de Eduardo. (KSG)