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El precio del petroleo

Al parecer hay una decisión de los compradores del petróleo para elevar su precio, lo que es una buena noticia teniendo en cuenta que la baja es uno de los dramas que ha padecido el Ecuador en estos últimos tiempos. Durante casi 10 años el país gozó de un precio del barril que bordeaba los $100 y que en ocasiones lo sobrepasaba. El nuevo régimen tiene en mente y es probable que ya haya iniciado las acciones conducentes, para revisar las condiciones de los contratos petroleros, en los cuales llama mucho la atención el valor pagado en el régimen anterior por la extracción de cada barril de petróleo: $31. Cuando la extracción se inició y nos convertimos en país petrolero era de $9 cada barril. El incremento de más de $20 y el aumento significativo de la producción petrolera que ahora se mantiene en 500.000 barriles diarios ha sido para las empresas contratantes de la extracción un verdadero “loteríazo.” A poco de iniciado el nuevo gobierno, el precio de extracción ha disminuido sensiblemente, dando la impresión de que en el régimen anterior esta se sobrepagó. Hoy se pagan alrededor de $20, una disminución de casi $12 por cada barril. Esto representaría en los 500.000 diarios, cinco millones por día, suma muy significativa que deja la sensación de que algo indebido ocurría con el anterior precio, pues la extracción del petróleo es un negocio que da significativas utilidades a los contratantes privados. Ojalá no ocurra que EE. UU. empiece a extraer petróleo mediante el fracking, rompiendo rocas a más de 4.000 metros de profundidad. Si eso ocurre, los días dorados de un buen precio estarían contados porque esquistos petroleros tienen muchos países del mundo, incluso los grandes compradores y los grandes productores. De ahí que es indispensable procurar que los contratos petroleros puedan revisarse en servicio del Ecuador o por lo menos buscar la fórmula para el mayor ahorro posible, tanto con la venta, como con la extracción y sobre todo poner la mirada en las manos de los funcionarios encargados del manejo petrolero para que no se repita el terrible negociado perpetrado con la repotenciación de la refinería de Esmeraldas. Así parece que ocurrirá, pues el nuevo régimen ha puesto especial mira en la conducción honesta de los recursos públicos, que dejó muchísimo que desear en la década pasada.