Hasta cuando portazos en la Metrovia
Al parecer falta darles clases de Relaciones Humanas a los conductores, pues una y otra vez siguen incurriendo en este atropello. El pasado jueves a las 10:45 al abordar el bus T1 0411 hacia el sur, en la parada Atarazana, habiendo puesto el pie para ingresar, intempestivamente el chofer, al tiempo que decía “cerrando puertas”, me dejó aprisionada entre estas. Gracias a los pasajeros que clamaron para que volviera a abrirlas se evitó una tragedia. Las puertas por donde entré están cerca de él, ni por ser adulta mayor tuvo previsión y cuidado. ¿Por qué se permite que gente así tenga acceso a esta actividad? ¿A cuántos más tratará de manera descortés y cruel?
Gladys I. García