El reciente recorte presupuestario al sector Seguridad, que redujo en un 12% los recursos destinados a inversión preocupa el funcionamiento del Plan Fenix.
El reciente recorte presupuestario al sector Seguridad, que redujo en un 12% los recursos destinados a inversión preocupa el funcionamiento del Plan Fenix.Cortesía

El recorte a Seguridad, ¿pone en riesgo la existencia del Plan Fénix?

El Plan Fénix prometía militarización de las calles, construcción de cárceles y creación de una central de inteligencia

El reciente recorte presupuestario al sector Seguridad, que redujo en un 12% los recursos destinados a inversión, ha encendido las alarmas sobre la viabilidad del Plan Fénix, la estrategia gubernamental lanzada por el presidente Daniel Noboa para enfrentar la crisis de violencia y crimen organizado en Ecuador. 

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El Plan Fénix, presentado en enero de 2024, prometía medidas contundentes: militarización de las calles, construcción de cárceles de máxima seguridad, creación de una central de inteligencia y equipamiento tecnológico para las fuerzas del orden. 

Sin embargo, a casi dos años de su implementación, los resultados son cuestionados. Expertos señalan que la inseguridad persiste y que el país se mantiene entre los más violentos de la región, con tasas de homicidios que superan los 40 por cada 100.000 habitantes.

La baja ejecución presupuestaria agrava el panorama. Según datos oficiales, en 2024 el sector Seguridad (Policía, Fuerzas Armadas y SNAI) apenas ejecutó el 45% de los recursos asignados. Para 2025, el presupuesto se redujo, lo que limita la capacidad operativa y pone en duda la continuidad de proyectos clave como las megacárceles y los barcos prisión para líderes criminales.

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¿Cómo afecta a la operación de las Fuerzas Armadas?

Wagner Bravo, exjefe del Estado Mayor del Ejército y exsecretario de seguridad Pública y del Estado, explicó que las Fuerzas Armadas trabajan con una planificación previamente definida, la cual establece con precisión los recursos necesarios para su ejecución. “Hoy vemos que, al parecer, en el presupuesto se está reduciendo alrededor de 130 millones de dólares. Esos recursos no pueden disminuirse en sueldos ni en gastos administrativos fijos, como luz, agua o telefonía, y tampoco en los proyectos de inversión, que suelen ser plurianuales y están sujetos a contratos que deben cumplirse”, señaló.

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Advirtió que, ante estas limitaciones, los recortes terminarían afectando directamente a los planes operativos, lo que podría impedir que la planificación se cumpla en su totalidad por falta de medios.

“Es fundamental clarificar a qué rubros impactará esta reducción de 130 millones. Cuando las Fuerzas Armadas reciben una misión, deben contar con el mando, la misión definida y los medios necesarios. Para tener éxito se requieren medios humanos, tecnológicos, de comunicación, vehículos, combustible y todos los recursos que deben estar contemplados en el presupuesto asignado para cumplir con la tarea encomendada”, indicó.

Para analistas el recorte no solo compromete la infraestructura prometida, sino también la sostenibilidad de las operaciones militares y policiales. “El Plan Fénix nació sin objetivos claros y hoy carece de recursos para sostenerse”, afirmó Jorge Miranda, quien calificó la estrategia como un “fracaso” desde su inicio

El Gobierno no ha anunciado ajustes sustanciales al Plan Fénix pese a la reducción presupuestaria. Expertos coinciden en que, sin una reforma integral que combine seguridad con políticas sociales y económicas, la estrategia corre el riesgo de convertirse en una promesa incumplida.

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