CONVENCION NACIONAL CORREISMO 2024
La última convención nacional del correísmo fue en agosto de 2024, para elegir a los candidatos para las elecciones presidenciales de 2025.ARCHIVO: REVOLUCION CIUDADANA

Convención RC 2026: El movimiento quiere alinearse a Correa, pero hay consecuencias

La Revolución Ciudadana (RC) llegará a su convención nacional, prevista para enero 2026, en medio de una crisis interna

El movimiento Revolución Ciudadana se prepara para una nueva convención nacional, prevista para enero de 2026 en Manta, en medio de una crisis interna que ya ha provocado la salida o el alejamiento de algunos de sus cuadros más tradicionales e influyentes.

La salida de la prefecta del Guayas y militante de la vieja guardia del correísmo, Marcela Aguiñaga, fue el caso más visible, tras la ruptura pública del expresidente Rafael Correa con ella por su reunión con la prefecta de Cotopaxi, Lourdes Tibán. Sin embargo, también se han registrado reproches a otras autoridades correístas, como el alcalde de Quito, Pabel Muñoz.

En este escenario, surgen interrogantes sobre cómo llegará la Revolución Ciudadana a su convención nacional y qué cambios realizará para intentar volver a sus orígenes. Este Diario intentó consultar a la presidenta saliente del movimiento, Luisa González, pero hasta el cierre de esta edición no hubo respuesta.

La militancia de RC quiere regresar a la "línea dura" de Rafael Correa

Desde la bancada legislativa del correísmo, el asambleísta Blasco Luna señala que algunas de las prioridades para la próxima convención del movimiento serán cohesionar a la militancia, trabajar en una agenda común y respetar los lineamientos originales de la organización política.

“Espero que la elección de la nueva directiva de la Revolución Ciudadana consolide la unidad y nos permita proyectarnos como un espacio de organización política que atienda las necesidades de la población”, afirmó. Añadió que cualquier decisión deberá tomarse respetando “el ideario, los fundamentos y los preceptos que rigen al movimiento”.

En ese sentido, Luna ve con buenos ojos la precandidatura de Felipe Vega como nuevo presidente  del movimiento correísta, a quien considera una opción viable para “recuperar” a la organización. “Ya hemos mantenido acercamientos para trabajar territorialmente y presentar la propuesta de su candidatura”, señaló.

Esta posibilidad, explicó, se enmarca en el objetivo de fortalecer al movimiento con miras a las elecciones seccionales de 2027. “Buscamos fortalecernos, mantener la organicidad y llegar a los territorios con mayor dedicación, reforzando las estructuras territoriales. A mi modo de ver, somos uno de los pocos movimientos políticos con presencia desde las parroquias”, concluyó.

Felipe Vega de la Cuadra
Felipe Vega de la Cuadra busca dirigir la Revolución Ciudadana tras salida de Luisa González.Cortesía: Felipe Vega/ Facebook.

Depuración de la RC puede crear competencia en seccionales de 2027

De acuerdo con el consultor político y exsecretario de Comunicación, Gustavo Isch, la postura del asambleísta Blasco Luna es la que se esperaba dentro del movimiento correísta, recientemente golpeado por crisis internas y relegado electoralmente en los últimos años.

“El movimiento se va a consolidar alrededor de Rafael Correa, que sigue siendo la tendencia histórica y la más fuerte dentro de la organización, porque es ideológicamente fiel a los lineamientos fundacionales de la Revolución Ciudadana y al liderazgo de Correa”, señaló Isch, quien advirtió que ese proceso tendrá costos políticos.

Según el analista, la salida de Marcela Aguiñaga sería apenas un anticipo de nuevas deserciones o de un proceso de depuración interna. “La organización se va a depurar porque Correa necesita el antagonismo con el Gobierno para mantenerse vigente como líder de esa agrupación, y quienes lo siguen también. Si se abandona ese antagonismo y la polarización, se quedan sin discurso”, explicó.

No obstante, Isch advirtió que el intento del correísmo por volver a sus orígenes y apelar a su voto duro podría terminar por romper los pocos puentes de diálogo que aún mantiene. “Eso implicará menos espacios de acercamiento con otras fuerzas políticas, porque esa ha sido la norma de Correa, más allá de que en ocasiones se produzcan coincidencias inesperadas”, concluyó.

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