Medios. Cobertura de la rueda de prensa de Jakob, ayer en Leipzig.

Polemica por el suicidio de un yihadista

Las autoridades alemanas debían explicar el fiasco que permitió el suicidio, el miércoles en prisión, de un refugiado sirio sospechoso de planificar un atentado en Berlín en nombre del grupo Estado Islámico (EI), una muerte que podría paralizar la inve

Las autoridades alemanas debían explicar el fiasco que permitió el suicidio, el miércoles en prisión, de un refugiado sirio sospechoso de planificar un atentado en Berlín en nombre del grupo Estado Islámico (EI), una muerte que podría paralizar la investigación.

Para la administración penitenciaria de Sajonia (este), donde se encuentra la prisión de Leipzig en la que estaba detenido Jaber al Bakr, de 22 años, este no presentaba un riesgo de suicidio “inminente”.

Un psicólogo que habló con el detenido lo consideró “tranquilo”, por lo que las autoridades pasaron de vigilar su celda de cada quince a cada treinta minutos, explicó el jefe de la autoridad, Rolf Jakob, en conferencia de prensa.

Jaber al Bakr fue entregado maniatado a la policía el domingo por la noche por tres refugiados sirios, considerados ahora unos héroes en el país.

Fue hallado ahorcado con su camiseta en su celda de la enfermería del penitenciario.

“Es imposible ahora obtener informaciones sobre los preparativos del acto planificado y posibles redes terroristas en Alemania. Es un golpe más a las autoridades”, se indignó Michael Frieser, diputado conservador de la CSU.