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Plusvalia, bien vista si va a obra local

La palabra plusvalía, que generó un amplio debate hace un año, regresó a la palestra. Incluso fue parte de los eventos paralelos de la Conferencia de Vivienda y Desarrollo Sostenible, Hábitat III.

Plusvalía, bien vista si va a obra local

Carla Maldonado

maldonadoc@granasa.com.ec Quito

La palabra plusvalía, que generó un amplio debate hace un año, regresó a la palestra. Incluso fue parte de los eventos paralelos de la Conferencia de Vivienda y Desarrollo Sostenible, Hábitat III.

En el Parlamento Latinoamericano, que se reunió en la Asamblea Nacional, se discutió sobre el mercado del suelo.

Este es uno de los problemas que deben enfrentar los países de la región, donde los precios de las propiedades se incrementan más allá del 100 %, dijeron los expertos.

El debate sobre este álgido tema no pudo ser más oportuno para el Legislativo local, que está en espera del proyecto de ley para Recuperar la Plusvalía. Así lo anunció el presidente de la República, Rafael Correa, durante la sesión inaugural del evento de Naciones Unidas.

Aun cuando una normativa que regule los precios del suelo es bastante impopular, los representantes de Brasil y Perú contaron las experiencias positivas sobre la aplicación de este impuesto en varias naciones del continente. Claro que, destacan, el dinero generado debe ir, de preferencia, a los gobiernos locales.

Por ejemplo, Martim O Smolka, director del Lincoln Institute, una organización sin fines de lucro, explicó que una tasa a la plusvalía sirve para financiar obras de infraestructura en las ciudades.

Según él, con esos recursos se pueden construir hexágonos viales o regenerar los espacios públicos, dijo. “La plusvalía acumulada es un pago indebido y no merecido. El Estado tiene derecho a recuperarla”, dijo.

En Buenos Aires, el metro más antiguo del mundo se construyó con los impuestos a la plusvalía. También en Nagoya, Japón, el reajuste a los precios del suelo ayudó a reconstruir esa ciudad.

Mientras que en Porto Alegre, Brasil, se hizo la perimetral gracias al impuesto sobre la edificalidad. O en Sao Paulo, se levantó el puente más importante, con la recaudación de esos tributos.

La descripción de Smolka dejó impresionados a los legisladores de la mayoría parlamentaria, que piensan invitarlo a Ecuador para hablar de la plusvalía. Ellos intentaron debatir un impuesto a la plusvalía en junio de 2015. Pero esa iniciativa del Ejecutivo perdió piso cuando la ciudadanía protestó en las calles contra ella y el proyecto de herencias.

En cambio, Marisa Glave, presidenta de la Comisión de Vivienda y Construcción del Congreso del Perú, habló sobre la experiencia en su país.

Para ella, no se trata de un impuesto, sino de una contribución para la obra pública. “Es un problema político, pues sus opositores dicen que es un gravamen”, enfatizó.

Por ejemplo, en Lima, en la Villa Salvador, los pobladores se unieron para financiar las veredas porque los comerciantes no querían pagar el valor del suelo. “¿Quién se queda con la plusvalía?”, cuestionó.