Petroleo: noticias sobrias

Los precios del petróleo continuaron su marcha ascendente, impulsados por el anuncio de la OPEP de que sus socios habían cumplido el acuerdo de recorte de producción en un 80 %. La reducción de la oferta global en un millón de barriles ha pesado sobre la tendencia.

Pero el mercado vive de la noticia, y hay que saber leer los movimientos de bonanza o depresión. El precio del crudo es determinado por las decisiones que los agentes de mercado hacen respecto del denominado “petróleo de papel”, tomando posiciones “largas” (de compra de opciones) o “cortas“ (de venta) a futuro, las cuales determinan los precios.

Y las noticias fueron contrapuestas en la semana transcurrida. La nueva administración americana ya dio luz verde para la obtención de los permisos respectivos que permitan tender dos nuevos oleoductos (previamente vetados por la administración Obama) con lo que se logrará mejorar el flujo del crudo desde los campos de producción a las refinadoras. Ya se inició la exportación de crudo al mercado japonés. Las torres de perforación en producción han subido desde su punto más bajo (400) en mayo, a setecientas en la actualidad, y hoy su número (que es un predictor robusto de la producción) supera las setecientas. Finalmente, la Agencia de Información de Energía de los Estados Unidos proyecta que la producción americana pasará de 8,9 millones de barriles (mb/d) en 2016 a 9,3 mb/d) en 2018, con lo que el cartel de OPEP seguirá sintiendo los estragos de la oferta.

En el largo plazo, como fuente de sustentación de la economía ecuatoriana, los futuros gobiernos deben tomar en cuenta que al momento, las reservas mundiales de crudo y gas existentes superan en el doble la demanda proyectada de consumo, y que el país cuenta con catorce años de reservas. Son noticias sobrias que apuntan, una vez más, a la terminación eventual de la era petrolera, habida cuenta de la tendencia irresistible de migrar hacia las fuentes de energía no convencionales.

Los futuros gobiernos deberán contar con una visión muy clara respecto del futuro desarrollo del país, conforme va concluyendo la época denominada del “petrolerismo” ecuatoriano.