La peor derecha

Los gobiernos de la derecha política, que no sé por qué dura prueba del Altísimo han ganado el poder en Argentina y Brasil, como si se tratara de un concurso se disputan el mérito de acciones atrabiliarias. Macri, sintiéndose en la gloria por haber reunido en Buenos Aires al G20, el club de los países más poderosos del mundo, y haber conseguido un millonario préstamos del FMI que salvó de la quiebra a su gobierno, despotrica con más fuerza de lo usual y con su convicción fascista de corte neoliberal contra el gobierno de Nicolás Maduro, al punto que desde su posición de presidente ‘pro tempore’ del bloque, durante la 53ª cumbre de los países de Mercosur reunida en Montevideo, logró que ese cónclave reclamara “la restitución de la democracia en Venezuela”, incitando cínicamente a una intervención internacional en dicho país por “razones humanitarias”. Ello en vista de la diáspora venezolana que viene ocurriendo desde el año pasado hacia los países del sur, dada la supuesta situación de crisis económica extrema del país de los libertadores. La incitación, que no señala límites, implícitamente no descarta una intervención armada del gobierno de EE. UU., que la perspicacia de Maduro parece querer conjugar con recientes maniobras militares aéreas de la aviación rusa en Caracas. Y Bolsonaro, el presidente electo de Brasil que asumirá el poder en enero próximo, se anticipa en decir que terminará los contratos con 12.000 médicos cubanos que sirven al interior de la selva amazónica, para reemplazarlos con médicos brasileros, como si no supiera que aquellos no quieren ir de ningún modo a servir a los habitantes de esas profundidades selváticas donde solo lo han hecho con entrega y sacrificio los cubanos, que ya han empezado a abandonar sus rústicos dispensarios con las sentidas muestras de agradecimiento, a la vez que de inquietud, de sus habitantes, pequeños grupos y comunidades, por quedarse sin esos invaluables servicios prestados con tanta dedicación, al igual que lo hacen desde hace años en África y los lugares más inhóspitos del mundo. El legado de Fidel y Martí ha sido siempre más humanístico que revolucionario. Ojalá Bolsonaro reflexione y aprenda. En cuanto a Macri, su fascismo ya no tiene remedio; de él solo cabe esperar lo peor.