Agenda. La presidenta Rousseff con simpatizantes, ayer en el Palacio de Planalto, en Brasilia, después de una ceremonia de nuevos universitarios.

Pelea entre las Camaras de Brasil por el juicio a Dilma

El secretario general de la OEA, Luis Almagro, y el presidente de la Corte Interamericana de Derechos Humanos (CorteIDH), Roberto Caldas, reiteraron ayer en el Senado brasileño que el proceso contra la presidenta Dilma Rousseff carece de base jurídica.

El juicio de destitución de la mandataria brasileña Dilma Rousseff retomó su curso ayer, cuando el Senado decidió ignorar una sorpresiva decisión del presidente interino de la Cámara baja para anular el proceso.

El jefe del Senado, Renan Calheiros, decidió que el procedimiento de destitución de la mandataria por maquillaje de las cuentas públicas seguirá su curso previsto en el pleno de la Cámara alta mañana.

Calheiros dijo que la anulación de la votación que aprobó el juicio en abril en la Cámara baja, adoptada horas antes por el jefe interino de Diputados Waldir Maranhao, es “una broma sobre la democracia” y aceptarla atrasaría el proceso.

Todo indica que el pleno de 81 senadores votará este miércoles por iniciar un juicio político a Rousseff y apartarla del poder por hasta 180 días, mientras se tramita el proceso y se llega a una sentencia definitiva.

Si es suspendida, como anticipan sondeos y expertos, el vicepresidente Michel Temer, exaliado del gobierno y hoy su mayor enemigo, asumiría el poder de forma interina. Y si Rousseff es finalmente destituida por dos tercios del Senado, gobernaría hasta el fin de su mandato en 2018.

Con los jefes de Diputados y del Senado enfrentados, analistas señalan que una vez más la Corte Suprema tendrá que intervenir en esta nueva trama de la novela política que sacude a Brasil.

¿Puede el Senado desconocer la anulación de la votación decretada por el jefe de Diputados? Un recurso sobre su nulidad ya fue rechazado el viernes por un magistrado de la máxima corte.

El abogado general del Estado, José Eduardo Cardozo, insistió ayer en que “el Senado no puede procesar y juzgar sin autorización de la Cámara” de Diputados.

“Si el acto es nulo y se proclamó su nulidad, no hay cómo dar seguimiento al proceso. La decisión ahora cabe a la Corte Suprema”, explicó el profesor de Derecho Constitucional de la Universidad Católica de Sao Paulo, Luiz Tarcísio Teixeira.

Estas parecen ser las horas finales del mandato de la primera presidenta de Brasil, una exguerrillera de 68 años reelegida hasta 2018 que denuncia un “golpe parlamentario” en su contra.

“Precisamos defender la democracia, luchar contra el golpe, luchar contra todo ese proceso extremadamente irregular”, insistió Rousseff poco después de conocer la decisión de Maranhao. “Tengan cautela, vivimos una coyuntura de mañas y artimañas”, afirmó.

El mercado reaccionó sin mucho drama ante la medida del jefe interino de los Diputados: el real retrocedió 0,54 % y la bolsa 1,41 %.

Maranhao (que votó contra el ‘impeachment’ de Rousseff en abril) asumió interinamente la jefatura de la Cámara baja la semana pasada, cuando reemplazó a Eduardo Cunha, enemigo político de la mandataria y cerebro detrás del juicio político de Rousseff.

En una medida inusitada, Cunha fue suspendido de su mandato por la Corte Suprema por intentar obstruir las investigaciones en el escándalo de corrupción de Petrobras, en el que está involucrado.

Al asumir el cargo, Maranhao acogió un pedido del abogado general del Estado y aseguró que en la sesión de la Cámara de Diputados que aprobó el ‘impeachment’ con arrolladora mayoría, se prejuzgó a Rousseff al anticipar votos, restando a la mandataria el derecho a una legítima defensa.

Pero Calheiros consideró que “ninguna decisión unipersonal puede sobreponerse a la decisión colegiada”.

Los senadores oficialistas protestaron con el anuncio de Calheiros de que proseguirá con el ‘impeachment’, lo cual llevó al presidente a suspender temporalmente la sesión para que “pudieran gritar en paz”.