La paz en el mundo es imposible sin seguridad alimentaria

P ese a los alentadores avances en muchos países, aún cientos de millones de personas siguen viviendo en condiciones inhumanas. Hoy tenemos la tecnología y la capacidad de producir alimentos suficientes para abarcar a toda la humanidad, el problema, es más redistributivo de los recursos, conocimientos y mercados y el acceso desigual a los mismos.

El egoísmo impera. A poco que miremos a nuestro alrededor, nos daremos cuenta de que la mayoría de la ciudadanía camina demasiado ensimismada en su propia vida como para dedicar ni un pensamiento a su propio linaje. Tanto es así que los propios gobernantes suelen anteponer sus propios intereses a su responsabilidad social. En este sentido, acaba de afirmar un grupo de premios nobel de la paz que sumaron fuerzas con la FAO para luchar contra el hambre y promover la construcción de la paz, subrayando que: “la paz es imposible sin seguridad alimentaria y que tampoco hay seguridad alimentaria donde imperan la violencia y el conflicto”.

Los laureados con el Premio Nobel saben bien que la población rural suele ser la más golpeada por los conflictos porque, además de la integridad física de las personas, socavan o destruyen sus medios de vida, obligándolas a desplazarse en busca de seguridad y asistencia para sobrevivir. Con razón, el pasaje para la generosidad es vital; y, naturalmente, el desprendimiento es la única avenida que nos hermana.

Víctor Corcoba Herrero

España