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Por la paz y el futuro de una sociedad civil con respeto

Soy manabita y radico en Guayaquil desde los 12 años. Como ama de casa y madre de 3 hijos (2 con discapacidad visual), acudo a la sensibilización de una sociedad civil por la paz. No caigamos en provocación de seudodiscursos populistas, vengan de donde vinieren, pues lo único que se propicia es la violencia de quienes no tienen buen ejemplo de honorabilidad y que nos llevan a retroceder. Resentidos políticos creen convencer a ingenuos sirviendo de escudo humano en los enfrentamientos fatales. Si se criticó al Gobierno por no consultar una medida económica, cómo estos caen en el mismo juego y toman una decisión por todos. Los pueblos no progresan cuando copian lo negativo. En la actualidad, ya no hay jerarquía social ni esclavitud. Solo ricos y pobres, económicamente. Somos resultado de un todo. Y al escuchar a un líder indígena decir “¡Arriba Atahualpa!” recordé la historia: 2 hermanos medían su fuerza mediante la guerra para ocupar el liderazgo. Hay que reconocer que existe una Constitución donde se establecen deberes y derechos. El país está pasando por una crisis económica y de valores, por quitarle autoridad al policía, al maestro, a los padres; donde se aprobó el consumo de estupefacientes y ya no hay respeto por nada ni por nadie. Las futuras generaciones que se preparen deben colgar sus títulos en la pared, acompañados del respeto por los demás.

María de los Ángeles Sánchez