Asoma la cabeza aunque escuche fuego cruzado.

¿Es usted un mal perdedor?

No. Nunca perdí. Gané. Pero no se reconoció. Ni hubo la capacidad de análisis.

Su argumento para salir fue que “el caudal electoral de La Unidad es insuficiente”. ¿Intentó demostrárselo a la coalición o se fue por su cuenta?

No había espacio para eso. La candidatura de Cynthia (Viteri) estaba definida. Y tuve que hacerlo público. Yo hago las cosas distintas. No ando zigzagueando. Tomo las decisiones de frente. Lo hago públicamente, así me afecte.

¿No le da miedo quedar como un desleal?

No. El costo de ser frontal puede ser ese. Además, los que nos hemos mantenido unidos a la final somos SUMA y Podemos.

¿Cómo queda La Unidad?

Creo que ya no es La Unidad. Ya solo es una alianza entre Avanza y el socialcristianismo. Nosotros pensamos que el candidato más potente, luego de ver las encuestas y estar callados un tiempo prudencial, es Guillermo Lasso.

¿Cómo explica que deseaba la vicepresidencia para apoyar a Viteri y luego cruza la acera donde su principal contendiente ideológico?

No. Nosotros pugnamos por la presidencia. Y cuando eso no se dio, usted dijo, en EXPRESO, “la presidencia, la vicepresidencia o nos regresamos al Azuay”...

Eso no tiene nada de malo. ¿Para qué competíamos? Al no haber un procedimiento justo, reclamamos espacios para nuestros candidatos. Al final intentaron utilizarnos. Yo respeto mucho a Jaime (Nebot), pero su movimiento intentó utilizarnos. Y eso no lo voy a permitir.

¿Qué lo motivó a llegar hasta aquí?

No voy a caer en el juego de estos grupos que quieren tildarme de ambicioso y camisetero, cuando todos hablan con Lasso, pero por debajo de la mesa. Yo lo hago de frente, él asume puntos programáticos y yo no seré candidato.

Entiendo que su acuerdo supera los límites de Azuay...

Sí. Es un acuerdo nacional.

Antes se refería a CREO como una “base de asalariados” y a Lasso como “el candidato de la banca”. ¿Qué cambió?

No cambió nada. Lasso es el candidato de la banca y mucha de su gente pertenece asalariadamente al movimiento. Pero luego me senté con ellos y conocí que la gran mayoría son voluntarios. Hemos conversado y hemos saldado las diferencias.

¿Así de simple?

En términos de ataque político al menos. Guillermo también me dijo algunas cosas.

Algunas más: como “desconocido”...

Pero verá. Es parte...

¿Es parte del juego político?

No. Es parte de la madurez política. Así como se encuentran las diferencias, se encuentran los acuerdos.

¿Harán campaña juntos?

No van a ver a Paúl Carrasco en campaña. Obviamente apoyaré a Guillermo, pero estaré dedicado a la administración.