
Pasos a desnivel una evaluacion necesaria
Los pasos a desnivel siguen siendo una de las principales soluciones para descongestionar las áreas de alta circulación vehicular. Construidos con pilotes de hormigón o de metal, por encima de vías existentes o sobre intersecciones, estas obras de ingeniería comenzaron a erigirse en Guayaquil a finales de los setenta y hoy, sobre todo, los más antiguos, no dejan de provocar cierta inquietud por el tiempo que han servido y por el enorme aumento del parque automotor que hoy soportan.
Desgaste en las juntas, el pavimento y daños en las barandas suelen presentar cada cierto tiempo los 45 pasos elevados vehiculares de la ciudad, pero unos pocos de ellos muestran, además, deformaciones en sus vigas, según especialistas en este tipo de estructuras.
Por ejemplo, el primer viaducto construido hace 40 años, que conecta la calle Esmeraldas con la avenida de las Américas, tiene deformaciones en sus vigas y el Municipio admite que será evaluado próximamente.
José Wonsang, constructor y catedrático de la Universidad de Guayaquil, dice que por el tiempo transcurrido, la longitud que tienen esos pasos y por la gran cantidad de vehículos que reciben, “estos tienden a flexarse”. “Al usuario le ponen una velocidad máxima de 70 km/h en cualquier vía, pero va a 100 km/h, entonces se comienza a destruir el pavimento flexible o rígido. Así como se destruyen las vías, así se deterioran los pasos a desnivel”.
Pero no solo el paso de los vehículos y el tiempo afectan las obras. Pedro Andrade, ingeniero civil, calculista y especialista en este tipo de estructuras, asegura que en el deterioro de estos también inciden factores como el clima, la falta de mantenimiento y el tipo de uso que se les dé, algo que él llama la solicitación externa. “Si yo diseñé un puente hace 40 años, en esa época habían carros pequeños, los buses eran menos pesados, ahora se ha cambiado el uso y eso afecta la vida útil”.
Andrade, quien como Wonsang es profesor de la Facultad de Ciencias Matemáticas de la Universidad de Guayaquil, lamenta que en el país no exista un Código de Diseño de puentes y otro de mantenimiento de estas estructuras, a diferencia de Estados Unidos, donde rigen normas como la Aashto 2007.
Antes de ese código y año, allá tomaban un camión tipo para diseñar un puente, pero ahora a ese camión se le suma una carga adicional. Los americanos hicieron eso al ver que estas obras ya no se hacen solo en carreteras, sino también en las ciudades y muchas veces, un semáforo a la bajada de un puente a desnivel, en horas pico, hace que los carros se paren sobre él, lo cual, recalca Andrade, es una carga repartida que antes no se consideraba.
Jorge Cevallos Orozco, un especialista en Ingeniería Geotécnica o de Suelos, sostiene que a veces no se utiliza los mejores sistemas constructivos “sino que se trabaja un poco tratando de hacer algún ahorro, lo cual no es conveniente, porque creo que en países como los nuestros donde el mantenimiento es prácticamente cero, las construcciones deben tener una calidad de primera”.
Cevallos, quien participó entre 1996 y 1999 en la construcción de puentes como El Velero y viaductos como el de la ciudadela La Garzota y el que está cerca del puente de la Unidad, Nacional, dice que específicamente estas obras se hicieron con vigas reforzadas de gran longitud (de 25 a 30 metros), y por tanto tienen, entre otras características, mayor resistencia.
Mas, los técnicos no dicen lo mismo del primer paso a desnivel construido en la ciudad y de aquel que está a la salida de Durán para ir a Yaguachi, que presentan deformaciones que implican riesgos con consecuencias que pudieran ser nefastas.
El Municipio dijo a EXPRESO que al momento todos los pasos a desnivel de la urbe están operativos y en forma general reciben anualmente mantenimientos preventivos y correctivos cuando amerita el caso. (ver infografía). En tanto que los más antiguos son periódicamente controlados por especialistas de esta entidad.