Que pasa en la universidad

L a Universidad de Guayaquil confronta una situación gravísima en todos los aspectos de su vida institucional, esto es tanto en lo ético, como en lo económico, en lo académico, en lo disciplinario, en lo administrativo, en la seguridad de sus miembros (estudiantes, profesores, trabajadores); en fin, se trata de una crisis incompatible con su trayectoria de ‘alma mater’ de la cultura superior del país.

Es inaceptable, con su larga historia al servicio de los jóvenes que se prepararon en sus aulas para luego haber sido destacadas figuras en los distintos campos de la ciencia al servicio de la colectividad. Hay que superar esta crisis.

Nada es imposible cuando se tiene la fortaleza del roble para salir adelante luego de derrotar los malos momentos que da la vida.

Los tres últimos atentados “terroristas” producidos dentro de sus predios y a escasos metros de distancia del despacho del rector, no pueden ni deben quedar solamente para llenar las páginas de la crónica roja.

Es indispensable que se agoten las investigaciones y las indagaciones para dar con los autores intelectuales y materiales de estos delitos que hacen presumir la existencia de bandas del crimen organizado.

La descomposición que hay en este centro de altos estudios se magnifica cuando la ciudadanía contempla con estupor que no hay voces, y menos actitudes que demuestren la rebeldía de la juventud, ni la intolerancia de sus autoridades para combatir y terminar con esta crisis que evidencia que sus autores son enemigos de la universidad, que quieren, a lo mejor, su desaparición...

Hacemos una sincera y leal exhortación para que se actúe con más energía.

Que quienes se encuentran circunstancialmente frente a sus destinos, comprendan que tienen un gran reto frente a la historia y que por eso deben agotar todas sus energías para que la Universidad de Guayaquil recupere el prestigio y las glorias de un ayer no muy lejano...