Clan. Propaganda a favor de Murillo, primera dama y vicepresidenciable.

La particular campana electoral en Nicaragua

Nicaragua puso fin a una campaña electoral en la que las escenas de candidatos alzando niños, besando ancianos o recorriendo barrios fueron relegadas por la abstención promovida por grupos de oposición excluidos de los comicios del domingo.

El silencio y la ausencia de candidatos fueron los rasgos dominantes de la liza electoral de 60 días. Fue una campaña atípica, en la que el presidente Daniel Ortega, candidato a la reelección, es el único con opción de triunfar, mientras sus adversarios se movilizaron por todo el país, arengando a la población a no votar el domingo.

Los partidos tenían hasta la medianoche de ayer para realizar sus actos políticos antes del silencio electoral, cuando cesa toda campaña política.

“¿Dónde fueron los cierres de campaña?, ¿Cuáles cierres? ¿Cuál campaña?...”, escribió en el diario La Prensa el periodista y exdiputado opositor Pedro Joaquín Chamorro. Él es uno de los 28 diputados que perdieron su escaño por disposición del Consejo Supremo Electoral (CSE) en junio pasado, una medida que dejó a la oposición sin aspirantes de peso para enfrentar a Ortega, del Frente Sandinista (FSLN, izquierda).

Según el CSE, 3,8 millones de personas están habilitadas para sufragar y elegir presidente, vicepresidente, 90 diputados y 20 representantes al Parlamento Centroamericano.

Ortega, quien busca su tercer mandato sucesivo, domina la elección con casi 70 % de la intención de votos, muy lejos del 8,1 % de su rival más cercano, Maximino Rodríguez del derechista Partido Liberal Constitucionalista (PLC).

Además de Ortega y Rodríguez, hay otros cuatro candidatos de oposición, pero son desconocidos para el 90 % de la población, según las encuestas.

El gran ausente de esta lid fue Ortega, quien no celebró los bulliciosos mitines de las siete elecciones anteriores desde 1984, en las que ha sido candidato del FSLN. En la actual campaña, solo hizo dos apariciones en público, una en julio y otra en agosto para inscribir la fórmula presidencial, con su esposa, Rosario Murillo, como candidata a vicepresidenta.

Rodríguez, un abogado de 55 años, fue el único que realizó una campaña para pedir el voto de los electores con caravanas en el interior del país.

Ortega es un candidato “fantasma porque no da la cara y demuestra que no hay campaña electoral ni Ortega está interesado” en hacerla porque sabe que ya tiene la elección ganada, dijo la disidente sandinista Dora María Téllez.

El cambio se debería a sus 10 años en el poder, durante los que, con la millonaria ayuda venezolana, amplió el acceso de los más pobres a la vivienda, la salud, la educación y los servicios de agua y energía. Cifras del Banco Mundial señalan que la pobreza disminuyó de 42,5 % a 29,6 % entre 2009 y 2014.

Sin actos masivos ni propaganda en la prensa, el FSLN anunció el martes el cierre de campaña con un mensaje religioso de “agradecimiento a Dios y al pueblo”.