La participacion como trampa

El art. 95 de la Constitución todavía vigente establece: “Las ciudadanas y ciudadanos, en forma individual y colectiva, participarán de manera protagónica en la toma de decisiones, planificación y gestión de los asuntos públicos, y en el control popular de las instituciones del Estado y la sociedad, y de sus representantes, en un proceso permanente de construcción del poder ciudadano. La participación se orientará por los principios de igualdad, autonomía, deliberación pública, respeto a la diferencia, control popular, solidaridad e interculturalidad”.

¡Tremendo, verdad! Toda la parafernalia ideológica del socialismo del siglo XXI en un solo párrafo. Con esos instrumentos se montó una maquinaria que facilitó el uso poco ético de los fondos públicos, garantizando la impunidad de quienes lo ejecutaron, y uno de los edulcorantes fue la promesa de la participación popular. Con ese ánimo engañoso se creó el tristemente célebre Consejo de Participación Ciudadana y Control Social, que permitió que el gobierno capte todos los mecanismos de control, garantizándose el permanecer intocado. Con esos antecedentes, resulta chocante e inaceptable que la Asamblea Legislativa quiera intervenir preservando su existencia, en vez de permitir que sea la voluntad popular la que defina el destino del Cpccs.