Paren la droga

Resulta desagradable, por decir lo menos, ver a la juventud públicamente consumir drogas, amparada “legalmente” en la tabla de consumo mínimo, que de manera inexplicable se niegan a derogar los asambleístas bajo el eufemismo de que su derogatoria no frenará el consumo. De manera que los esfuerzos que realizan las autoridades municipales locales para tratar de acuerdo a la Constitución estas adicciones, que son un problema de salud pública (art. 364), no darán los resultados esperados si no se hace conciencia nacional de su peligrosidad en todos los gobiernos: central, provincial, cantonal y parroquial. Se debe realizar una concertación nacional y tomar las medidas de salud, legales y sociales que correspondan a la realidad actual. Los esfuerzos aislados resultarán poco eficientes.

Édgar Villacrés Intriago