Paraiso de la delincuencia
Se ha renovado parte del gabinete; los discursos hablan de generar riqueza, empleo, seguridad, viejas necesidades que por seguir estando insatisfechas, continúan siendo anhelo del pueblo y elementos de rigor de todo discurso en los últimos años.
En la actualidad gran parte de la riqueza proviene del narcotráfico, a través del macro y microtráfico, lavado de activos y blanqueo de dinero, ya que el dinero de la corrupción, el de la RC -“revolución ciudadana”-, se encuentra en paraísos fiscales.
En cuanto a la riqueza originada por la inversión nacional o extranjera, llega a cuentagotas. Así las cosas, el mayor empleador luego del Estado son los carteles de la droga, los que ante la falta de una verdadera política laboral y ante el abrumador desempleo, han expandido el negocio vía una extensa red de reclutamiento de microexpendedores, liquidando la salud de los niños, jóvenes y adultos, por el consumo y las ejecuciones a manos del sicariato, división de la muerte en la estructura de los carteles; ejecuciones que responden al mal reparto del dinero generado por el microtráfico, y/o del ”chulco” realizados a pequeños emprendedores o padres desesperados que entran a ser víctimas de extorsión por parte de estas mafias, las cuales controlan, entre otras instituciones, el sistema carcelario, parte del sistema judicial, infiltrando a rezagados afines de las mafias verde flex o “comprando” favores en ciertos círculos de poder, ante la mirada frustrada e indignada de una mayoría ciudadana, presa de caprichos y amenazas de algunas minorías protegidas por ciertas autoridades asalariadas o afines a ellas.
Durante el gobierno de la Revolución Ciudadana liderado por Correa y sus vínculos con las FARC, Pancho Huerta manifestó que el Ecuador había sido convertido en una “narcorepública”, realidad vigente, pese a los “tibios esfuerzos” del gobierno de Moreno.
La realidad es que con la “revolución ciudadana” aún enquistada en el poder, pareciera que “toda una vida” seremos el país de las promesas incumplidas, necesidades insatisfechas y paraíso de la delincuencia.