Mensaje. Presos en Ciudad Juárez atienden el discurso de Francisco.

El papa deja Mexico alertando contra la miseria

El santo padre criticó ayer en Ciudad Juárez la explotación laboral al afirmar que “Dios pedirá cuenta a los esclavistas”, durante un encuentro con empresarios y trabajadores mexicanos, mientras que en la cárcel Cereso 3 pidió una verdadera reinserción de los reos.

En los dos actos antes de la misa papal en Ciudad de Juárez, en la última jornada de su visita a México, Francisco se reunió en el colegio de bachilleres del estado de Chihuahua, con organizaciones de trabajadores y representantes de cámaras y gremios empresariales. A ellos les aseguró que “la pobreza es el caldo de cultivo para el narcotráfico”, por lo que instó a colaborar para encontrar soluciones.

La primera cita del día había sido la visita al Centro de Readaptación Social, el Cereso 3, donde los esperaban unos 700 reos. “No quería irme sin venir a saludarlos”, les dijo el papa, quien en su discurso criticó el ineficaz sistema carcelario y de rehabilitación, días después de la muerte de 49 presos en un motín en la cárcel estatal de Topo Chico, en Monterrey.

“Ya tenemos varias décadas perdidas pensando y creyendo que todo se resuelve aislando, apartando, encarcelando”, lamentó en su discurso, abogando por “la reinserción”.

“Ahora les puede tocar la parte más dura, más difícil, pero que posiblemente sea la que más fruto genere. Luchen desde acá dentro por revertir las situaciones que generan más exclusión”, les dijo a los reos.

El Vaticano justificó ayer la fuerte reacción de molestia que tuvo el papa en Morelia, cuando el martes una persona lo jaloneó de la mano y casi lo hizo caer sobre otro feligrés: “no seas egoísta, no seas egoísta”, le increpó. “Es una reacción muy humana, muy normal”, dijo Francisco Lombardi, portavoz del Vaticano. “Cualquiera ante una situación similar habría reaccionado de esa forma, más aún después de una larga jornada de actividades”, agregó.