El pais de la regalada gana

Nunca hemos estado peor, vivimos una especie de sálvese quien pueda. Dondequiera encontramos escándalos de corrupción y violencia. Somos un país de pescadores en río revuelto con miras a las próximas elecciones presidenciales. No se respeta lo respetable. Las ansias de poder llevan a la vanidad y al conflicto. Todos vs. todos. Los diálogos se desarrollan entre sordos porque cada quien es dueño de la verdad absoluta. El entusiasmo se ha apagado por especímenes ínfimos de la política, insultadores procaces que no respetan ni a personas con discapacidades -como el presidente Lenín Moreno-, tampoco a opositores.

Los indígenas son ejemplos vivientes de intransigencias: amenazan a funcionarios del Gobierno que afanosamente recorren comunidades para dialogar con respeto acerca de lo que necesitan para encontrar soluciones; se creen los nuevos dueños del país.

Abogados que hacen gala de poder y dinero para maltratar y amenazar a agentes policiales y de tránsito, después se disculpan públicamente para tratar de eludir presunciones penales. El mal ejemplo, violencia que imitan alumnos y padres de familia para arremeter sin razón contra educadores porque aseguran que nadie puede ser reprobado ni disciplinado. Irreflexivos que destruyen estatuas patrimoniales de las iglesias. ¿Seguimos viviendo en el país de la regalada gana, donde cada uno tiene su propia ley?

Lic. César Burgos F.