El presidente Lenín Moreno recibió ayer a los organizadores de la Mama Negra. Ha preferido no pronunciarse sobre la crisis que vive el movimiento Alianza PAIS.

En PAIS la ‘guerra’ es por tener las mayorias

El futuro anuncia vientos de guerra entre los dos grandes líderes de la formación para hacerse con el control del poder. Del partido y del país. Se anuncia batalla con los dos ‘generales’ en el campo de batalla. El tercero pena en la cárcel.

La foto del 2 de abril con Lenín Moreno, Rafael Correa y Jorge Glas abrazados y cantando ‘El pueblo unido jamás será vencido’, tras la victoria electoral, se hizo trizas definitivamente en la noche de Halloween, con la decisión de una parte del movimiento de expulsar al presidente del Ejecutivo de la presidencia de PAIS.

El futuro anuncia vientos de guerra entre los dos grandes líderes de la formación para hacerse con el control del poder. Del partido y del país. Se anuncia batalla con los dos ‘generales’ en el campo de batalla. El tercero pena en la cárcel.

No se sabe si el feriado concederá una tregua para medir fuerzas. Porque después llegan días decisivos. La fijación de la fecha para la audiencia de preparación del juicio a Glas será la primera: el miércoles 8. El vicepresidente es uno de los ejes de la discrepancia entre Moreno y Correa.

La noche del martes, cuando se anunció el cese de las funciones de Moreno en PAIS, hasta la sede de esta organización llegaron simpatizantes que gritaron, sin cesar, consignas en favor de Glas y acusaciones de traición contra el actual mandatario.

¿Será el presagio de que el ala correísta buscará movilizar a sus bases para defender al vicepresidente en un eventual juicio penal? Por eso, para ellos mantener el control político de toda la estructura partidista será vital.

Sin embargo, el llamado a la consulta popular, en la que se incluyeron preguntas como la eliminación de la reelección indefinida o el cese del Consejo de Participación Ciudadana, es el mayor punto de fricción. La aprobación o no de las preguntas marcará el futuro político de Correa o su definitivo paso a la reserva.

Y para hacer campaña, el control del partido es fundamental. En cinco meses, Moreno ha inclinado hacia su campo de juego a las instituciones y maneja el Gobierno. En la organización política es donde Correa tiene sus partidarios. Y también en la calle. El expresidente mantiene todavía un alto carisma entre los potenciales votantes. Pero Moreno está en sus cifras máximas de popularidad y quiere aprovechar este aire, antes de que el desgaste de poder comience a afectarle, para ganar la consulta.

Subido en esa ola, como vaticinaba la noche del martes el secretario de la Política, Miguel Carvajal, la “cascada” de apoyos a Moreno y el rechazo a la resolución de la Dirección Nacional de PAIS fue ayer mayoritario dentro y fuera del oficialismo.

El presidente de la Asamblea, José Serrano, ratificó su postura morenista. Calificó la decisión de una parte de la directiva como espúrea e ilegal. “Primero se le sanciona y luego se le envía a la Comisión de Ética para que determine si hubo o no hubo infracción”, dijo.

Las directivas nacionales ‘morenistas’ también levantaron cabeza. En Azuay, con el exministro de Energía y actual asambleísta Esteban Albornoz por delante, reconocieron como único presidente de PAIS a Moreno. Similar camino asumió la militancia de Guayas. Se esperaban pronunciamientos de Carchi, Tungurahua o Chimborazo (ver nota inferior).

Los movimientos sociales, otrora defensores del correísmo, también se la juegan ahora por Moreno y la consulta. Aunque ellos mismos no descartan que el escenario pueda cambiar con un eventual retorno de Correa.

Y él desde Bélgica parece dispuesto a aceptar el reto. En su cuenta de Twitter habló de una convención nacional. “Estaremos menos, pero seremos más”, escribió luego de conocer la decisión que puso a Ricardo Patiño en la presidencia de PAIS.

¿Y Moreno? Él guardó silencio. No hubo ni una sola palabra. Recibió en Carondelet la visita de las autoridades de Latacunga, que lo invitaron a la celebración de la Mama Negra. Se mostró sereno y ajeno a todo el “terremoto” interno del partido que le llevó al poder.

En la sede, en la avenida de los Shyris, los correístas trabajaron a puerta cerrada. Tras su impetuoso anuncio de la noche del martes, ayer hicieron una pausa. No fueron al Consejo Nacional, como habían anunciado, para registrar a la nueva directiva.

Los morenistas les sacaron ventaja: un tribunal ordenó medidas cautelares para garantizar los derechos constitucionales de Moreno, “dejando sin efecto (la) decisión ilegal de algunos miembros (de) PAIS”, informó Eduardo Mangas, secretario de la Presidencia.

Y añadió que el Tribunal dispuso que el CNE no inscriba el nombramiento de Patiño.

La vuelta del hombre del maletín

La sombra del “hombre del maletín” reaparece en el escenario político-legislativo. Al menos así lo denunció el ala correísta del bloque de Alianza PAIS.

Primero fue la secretaria del movimiento, Gabriela Rivadeneira. Y ayer lo ratificó el asambleísta Augusto Espinosa. Él acusó a sus compañeros de bancada de dar su firma de respaldo al presidente de la República Lenín Moreno y a la consulta a cambio de prebendas.

“Habría que investigar si el hombre del maletín tenía cargada una cantidad enorme de nombramientos, para distribuir cargos en territorio, o si tenía compromisos de protección para evitar que la Contraloría los investigue”, manifestó.

Doris Soliz coincidió con esa declaración y aseguró que sus compañeros han firmado el respaldo a Moreno por presiones.

La respuesta fue inmediata. El asambleísta Ricardo Zambrano, del ala morenista, pidió que Espinosa demuestre sus aseveraciones.

Carlos Vera aseguró que son “lamentables ese tipo de declaraciones. Estamos en un planteamiento de llevar al país por el sendero del bien, por combatir la corrupción. No estamos vendiendo nuestra postura bajo ningún concepto. El presidente de la República y del partido es Lenín Moreno”.

Verduga: “La Dirección incurre en una falta grave”

A primera vista está algo confundida. El análisis de la presidenta de la Comisión de Ética del movimiento Alianza PAIS, Mery Verduga, sobre la remoción de Lenín Moreno como presidente de la organización, es a puro sentido común. “Algunos compañeros de la Dirección se reúnen, toman decisiones y luego envían a la Comisión de Ética, cuando lo lógico es primero enviar la queja para que la Comisión sea la que analice y decida”.

Empezando por ahí, Verduga deduce que hay una falta de respeto al debido proceso y sobre todo a los estatutos del movimiento. “Los compañeros están equivocados”, concluye.

Es cauta. Prefiere no ahondar en el caso específico que llegará a sus manos, pero no puede evitar comentar el hecho que conmocionó a las bases oficialistas y va más allá. A su criterio, son los firmantes de la resolución los que estarían incurriendo en una falta grave “porque no miraron que hay un procedimiento y unas instancias que fueron elegidas por la Convención de Alianza PAIS. Hay una transgresión al procedimiento y al estatuto en cada una de las instancias”.

El Régimen Orgánico de PAIS establece dos tipos de faltas: leves y graves. Estas últimas son sancionadas con la suspensión de los derechos del adherente permanente por un tiempo de seis meses a dos años, o la separación definitiva del movimiento.

La también gobernadora de Santo Domingo de los Tsáchilas no profundiza en la posible infracción. Se limita a asegurar que analizará también el accionar de los dirigentes.

EXPRESO solicitó los nombres de todos los miembros de la Dirección que apoyaron la destitución de Moreno. El Departamento de Comunicación del movimiento solo informó que fueron 22 los dirigentes que respaldaron la decisión.

Entre las caras visibles estuvieron: Ricardo Patiño, presidente del movimiento; Gabriela Rivadeneira, secretaria ejecutiva; Juan Cristóbal Lloret y Lira Villalva, directores en Azuay y Tungurahua, en su orden; y Doris Soliz, exsecretaria ejecutiva.

Otra duda de Verduga es que la destitución fuera adoptada por la Dirección, cuando fue la Convención la que eligió a Moreno como su presidente.

La incertidumbre se extiende a uno de los argumentos esgrimidos por la Dirección para remover a Moreno: no participar en tres sesiones seguidas sin justificación. “Si bien eso dice el Régimen Orgánico, podríamos revisar si los presidentes del partido han asistido todo este tiempo. Están buscando una salida que no es la más idónea”.

Santo Domingo, Chimborazo y Azuay abren frentes pro-Moreno

Tres provincias abren sus frentes a favor del presidente Lenín Moreno. Azuay fue la primera en salir al paso la mañana de ayer con un asambleísta a la cabeza: Esteban Albornoz. Él junto a la subdirectora de PAIS Rocío Juca y otros dirigentes locales manifestaron su apoyo al primer mandatario y rechazo a la decisión de la Dirección Nacional de removerlo del cargo de presidente de la organización.

En la tarde se sumaron otras dos provincias: Santo Domingo de los Tsáchilas y Chimborazo. En esta última, la gobernadora Margarita Guevara y la subdirectora provincial del movimiento Lucy Montalvo fueron las voceras, junto a dirigentes cantonales de Penipe, Chunchi, Colta, Guamote y Pallatanga.

“Es necesario que la gente conozca el sentir de la militancia chimboracense. No les hemos dado pasaporte a los dirigentes provinciales y nacionales para que hablen a nombre de las bases, sin consultarnos”, indicó Montalvo, quien informó que no se autorizó a ningún militante a participar en la pasada reunión en la que se destituyó a Moreno, aunque reconoció que una persona de Alianza PAIS en Chimborazo sí asistió, pero no conoce su identidad.

Rodrigo García, director provincial (e) de PAIS en Santo Domingo de los Tsáchilas, calificó como ilegal la remoción de Moreno como presidente del movimiento. Argumentó que la decisión fue tomada en la ausencia del buró completo y “crea una ruptura más profunda, pero hacemos un llamado a la unidad”.

La posición de la militancia sobre los últimos sucesos será consensuada el martes en una cita ampliada.