Cabañas. El complejo de aguas termales tiene dos piscinas y muy cerca están.

Oyacachi y sus aguas termales atraen al turismo

Para llegar en transporte público se toman los buses desde Cayambe; desde las 15:30 a un costo de 2 dólares.

Oyacachi está en medio de la montaña, dentro de la Reserva Ecológica Cayambe-Coca y es una parroquia cuyos habitantes mantienen su estilo tradicional y ancestral de vida. Son descendientes de la cultura Cosanga y hablan el kichwa. Según la historia, poblaron el sector hace 500 años. Aquí sus 160 familias se dedican a la agricultura, artesanía y también al turismo.

Hace 20 años empezó el impulso al turismo con la construcción de las piscinas de aguas termales. Aprovecharon las bondades del volcán Cayambe y desde sus entrañas se abastecen del agua termal.

La parroquia pertenece al cantón El Chaco, provincia de Napo. Gerardo Parión, habitante de Oyacachi, explicó que por 1998 se abrió el balneario y que es uno de los pocos que están ubicados en las cumbres andinas de Sudamérica.

“Estas dos piscinas cubiertas de agua amarilla, rica en propiedades curativas, contienen minerales y sales”, asegura Parión.

Para llegar hasta las piscinas de Oyacachi es recomendable ir en vehículo particular o si utiliza el transporte público debe ir dispuesto a hospedarse en las cabañas que también existen en la comunidad.

Oyacachi es la única zona fría de la Amazonía, está a 3.200 metros sobre el nivel del mar; hasta el sector llegan rutas desde Cayambe, pero a determinadas horas y desde la parroquia salen solo a las 04:00, y un bus adicional los domingos a las 14:00. Las piscinas de agua sulfurosa están dentro de un complejo recreacional que se muestra bondadoso con la naturaleza verde que la rodea.

Mauricio Parión, dirigente de la comunidad, indicó que dentro del complejo los turistas pueden degustar de comida típica como la trucha, pues tienen criaderos. Además hay una sala de reuniones que es alquilada para los eventos sociales.

Parión informó que el complejo es bastante visitado porque las aguas son medicinales. La extraen por debajo de la tierra del Cayambe y del volcán Antisana y la temperatura está entre 38 a 42 grados centígrados. El color amarillento es porque contiene hierro, azufre, calcio y magnesio.

En Oyacachi todavía se trabaja en comunidad. Lo que se genera de la venta de las artesanías y del ingreso que dejan los turistas al complejo, luego se distribuye para los cerca de 600 habitantes, aseguró Mauricio Parión. En lo relacionado con la artesanía, hombres y mujeres trabajan en sus casas y cuando han terminado sus trabajos las entregan en el almacén comunitario donde las venden y después les entregan sus ganancias.

La parroquia es habitada por indígenas y de ahí su derivación del nombre de la comunidad que en kichwa significa ‘Cara de Sal’, de los vocablos ‘Oya’, que es “cara”, y cachi que significa sal.

El historiador Jorge Ortiz Pineda contó que la cultura Cosanga-Panzaleo habitó en un punto intermedio de la Sierra y la Amazonía. En las provincias de Pichincha, Cotopaxi, Tungurahua y Napo se han encontrado vestigios de su existencia. Agregó que eran comunidades trabajadoras que cultivaban la tierra y eso heredó a sus descendientes. (F)

Bosques

Animales en peligro de extinción

La parroquia, por encontrarse en una zona reservada, es rica en biodiversidad. En este lugar se encuentran animales que están en peligro de extinción, como el oso de anteojos, cóndor, puma y el tapir, que vive en los bosques cercanos, dijo Mauricio Parión, dirigente de la comunidad. Estos animales se han convertido en el símbolo de la parroquia y ellos los veneran plasmando sus figuras en madera. Existen sitios arqueológicos e históricos donde se cuenta la historia de la población que pertenece a la Amazonía, pero que habita en el páramo.