ONU: Nuevo secretario general

Por aclamación, los 193 países que conforman la ONU, la más importante y mayor organización internacional dedicada a los asuntos políticos, económicos y sociales del planeta, acaban de elegir a su nuevo secretario general. En la presente ocasión la alta designación ha recaído en el portugués António Guterres, quien se desempeñó durante diez años como alto comisionado de las Naciones Unidas para los refugiados (Acnur), esto es, conoce a fondo la compleja institución de cuya conducción se hará cargo a partir del 1 de enero del próximo año y hasta el 1 de enero del 2021.

Hombre de ideas, ingeniero de formación profesional, católico y socialista, tiene un profundo desafío, más allá de los que tradicionalmente enfrenta la ONU: el de la transformación institucional parece ser el primero de ellos. Son crecientes las críticas sobre la utilidad de la organización a la que las grandes potencias han desestimado en múltiples ocasiones, contribuyendo a disminuir su prestigio y su influencia en el abordamiento de los grandes problemas del mundo. En todo caso, con buen humor y pragmatismo, Guterres luce la persona más adecuada para el ejercicio del cargo en las circunstancias que deberá enfrentar. Aunque se exploró la posibilidad de designar una mujer, para evitar la constante crítica a los sesgos de género que allí son evidentes, bien vale coincidir con el presidente de Portugal, quien con alegría y orgullo lo definió “como el mejor candidato para el puesto, no solo por sus cualidades personales sino también por su experiencia en la ONU”.

Bien se ha observado que aunque el flamante secretario general quiere hacer muchas cosas en pro de un mundo mejor, su conocimiento del medio en que desenvolverá su labor le impide prometer utopías. Y es que él, mostrando su aguzada madurez, a comienzos del presente siglo se atrevió a expresar: “Si no se sufre de megalomanía, se sabe que no se puede intentar, por así decirlo, rescatar a la humanidad. No quiero salvar a la humanidad, pero quiero hacer todo lo que esté a mi alcance para lograr mejoras”.

En tiempos de peligroso mesianismo, es bueno tener al timón de la organización que debe garantizar la esquiva paz del planeta Tierra, a quien sabe que en las guerras solo hay perdedores y, de momento, cuenta con el apoyo explícito de prominentes líderes.