Imagen referencial. La extorsión que amenazan con poner al descubierto el interés del destinatario en la pornografía en línea.

Ojo Estafadores virtuales pretenden ser de la CIA

Ciberdelincuentes piden miles de bitcoins para sacar a las víctimas de “una investigación de pedófilos en Internet”.

Los investigadores de Kaspersky han descubierto esta semana una estratagema de “sextorsión” en la que los estafadores se hacen pasar por un oficial corrupto de la Agencia Central de Inteligencia (CIA) y exigen $10 mil en bitcoins a las víctimas, cuyo nombre afirman haber encontrado en una investigación de pedófilos en Internet.

Ese agente falso alega que la CIA también tiene los datos de contacto de los familiares de la víctima, así como la dirección de su trabajo, y se ofrece a eliminar de la investigación todos los rastros a cambio del pago. Se desconoce cuántas personas han sido afectadas por esta estafa.

La extorsión que amenazan con poner al descubierto el interés del destinatario en la pornografía en línea a menos que pague un rescate, no es nada nuevo. En la mayoría de los casos, los mensajes se basan en la información recopilada de violaciones de datos anteriores. Los correos electrónicos a menudo son fáciles de identificar por estar mal elaborados y contener lenguaje mal escrito.

El correo electrónico de la “sextorsión de la CIA”, descubierto por los expertos de Kaspersky, se diferencia por estar redactado y diseñado cuidadosamente, y lleva un logotipo de la CIA. Llega con asuntos como “Caso 45361978” y “una gran operación internacional que va a poner bajo arresto a más de dos mil personas sospechosas de pedofilia en más de 27 países”.

Los estafadores aprovechan el hecho de que se cometen errores en el mundo digital, y el nombre de la persona puede terminar, como en efecto ocurre, en el lugar equivocado. Hay personas inocentes que podrían estar dispuestas a pagar o contactar al atacante para evitar cualquier posible daño a su reputación y sus relaciones. La mayoría de estos correos electrónicos son falsos, y es poco probable que los atacantes tengan la información o la evidencia que afirman tener.