Oficiales adelantan su retiro del Ejército

Oficiales adelantan su retiro del Ejercito

La intranquilidad continúa presente en las filas castrenses, como evidencia el inusual pedido de dejar las Fuerzas Armadas que han hecho altos oficiales que comandan las unidades operativas y estratégicas del Ejército.

La intranquilidad continúa presente en las filas castrenses, como evidencia el inusual pedido de dejar las Fuerzas Armadas que han hecho altos oficiales que comandan las unidades operativas y estratégicas del Ejército.

En los primeros cuatro días de este mes, un total de 33 coroneles y tenientes coroneles de la Fuerza Terrestre pidieron la baja y uno la disponibilidad.

La cifra contrasta con los 4 o 5 casos que se registraban cada mes en una institución que tiene 3.252 oficiales y 21.916 miembros de la tropa. En total, 35.744 militares de los 41.000 que forman las Fuerzas Armadas, también integrada por la Marina y la Fuerza Aérea.

La situación será difícil, dice el coronel en servicio pasivo, Patricio Haro. La razón: que los mandos que dejan los coroneles y tenientes coroneles, ante el anticipado retiro de baja, que es inmediata, van a ser ocupados por personal de menor rango que no tiene la preparación suficiente para comandar unidades operativas y estratégicas.

Según Haro, el Gobierno está actuando con mucha ligereza y con un absoluto desconocimiento de las necesidades operacionales que tienen las Fuerzas Armadas.

Los altos oficiales que han pedido la baja ocupan, entre otras funciones, subdirecciones, direcciones y jefaturas de operaciones, de inteligencia y de desarrollo, organizaciones de diversos repartos militares, incluso el Comando Conjunto.

Todos los oficiales que han solicitado la baja -un proceso de salida rápida del Ejército que no tarda más de un mes en liquidarse- tienen entre 24 y 28 años de servicio y, por tanto, derecho a cesantías por encima de los 100.000 dólares, más una pensión de jubilación similar al salario mensual que percibían: entre 3.400 y 4.400 dólares.

El retiro inusual de coroneles ocurre en momentos en que la economía del país enfrenta tiempos difíciles y que la deuda del Gobierno con el Instituto de Seguridad de las Fuerzas Armadas (Issfa) supera los 220 millones de dólares, descontados ya los 41 millones que el Gobierno decidió no pagar por los terrenos del parque Samanes, en Guayaquil.

¿Por qué se van los coroneles del Ejército? Una respuesta que los militares en proceso de baja y disponibilidad prefieren guardarse para después, porque legalmente continúan en servicio activo en las Fuerzas Armadas y, cualquier cosa que digan, podría ser considerada una falta disciplinaria.

Pero militares en servicio pasivo, cercanos a ellos, dijeron que una de las razones de su salida es que “no están contentos con la forma en que se está manejando a las Fuerzas Armadas”.

“Considero que es una forma de decirle al Gobierno que la alta oficialidad no está dispuesta al trato que le está dando”, dijo un oficial, quien prefirió la reserva.

El nuevo mando posesionado hace un mes, a través de una videoconferencia, ya expuso los lineamientos que deben cumplirse en las filas castrense. Aquello incluyó también un llamado a los oficiales y tropa para que reine la calma.