Reparación. Este año se ejecutaron trabajos de reparación en la planta de refinación de Esmeraldas.

La oferta de refineria llega sin estudios ni sustento tecnico

Los anuncios estatales se enfrentan a procesos largos, inversiones cuantiosas y trámites confusos. Hay críticas a la necesidad de la planta.

Los anuncios son rimbombantes, pero ignoran hechos concretos. Las ofertas de construir una nueva refinería y de, a la par, repotenciar la planta existente en Esmeraldas despiertan más de un cuestionamiento sobre la necesidad y capacidad de operar dos centros de refinación con el crudo que posee el país.

El gobierno, a través del Ministerio de Energía, inició el proceso para encontrar un inversor que esté dispuesto a construir una nueva refinadora. Pese al comunicado, aún no se sabe dónde sería la construcción y cuál sería su diseño.

Tampoco se tienen datos de los estimados que se anunciaron. Se habla, por ejemplo, de una planta que cueste 6.000 millones de dólares y que procese unos 300.000 barriles de petróleo al día. No se especifica cómo se obtuvieron esos datos ni la base técnica o estudios que respalden la iniciativa.

El asambleísta alterno y experto petrolero Henry Llanes cree que el proyecto carece de sustento real y está pensado para beneficiar a un grupo de empresarios dedicados al comercio de derivados de crudo.

Hay otras observaciones más graves en el tema. Las autoridades gubernamentales hablaron de un interesado y mencionaron a las empresas Iter (Rusia) y ThyssenKrupp (Alemania) como respaldo. El dato llama la atención porque desde abril, en México, se investiga el uso inadecuado de marcas. La empresa alemana asegura, según el diario La Reforma, que no tiene ningún vínculo con Iter y que no forman un conjunto para construir la Refinería Dos Bocas en el país norteamericano.

Sobre concesionar la ya existente refinería de Esmeraldas, también hay reparos. Lo primero es aclarar, dijo el constructor de la obra y exsuperintendente de la refinería, Alfredo Monge, que la planta es joven y no ha sido verdaderamente repotenciada desde la década de los 90. Las autoridades de turno solo han reparado fases pero no cambiaron los equipos. No avanzaron con las tecnologías.

Una verdadera repotenciación, explican, implicaría unos 2.000 millones de dólares de inversión y tardaría unos 30 meses. Hay un inversor interesado en ese camino.

Los problemas

Conflictos

Un nuevo inversionista en el negocio petrolero del país tiene que lidiar con conflictos. En Esmeraldas, por ejemplo, Municipio y Prefectura no se ponen de acuerdo sobre la concesión o no. Para la Prefectura, la iniciativa privada afectará a la provincia. También hay que resolver temas de personal.

Tipo de crudo

Entre los temas técnicos que no se han especificado está el tipo de crudo que se quiere procesar en las supuestas nuevas plantas. Según los expertos, uno de los principales problemas en Esmeraldas es que fue pensada para crudos livianos, pero terminó procesando crudos pesados. Ese cambio afectó a la planta.

Figura

La inversión privada al 100 % genera dudas porque la comercialización de derivados, que el país necesita diariamente, estaría en manos de una empresa privada sin participación del Estado. Los consultados coinciden en que una alianza público-privada sería más productiva y transparente.