Un proceso que subraya el rezago. La Secretaría de Educación Superior, Ciencia, Tecnología e Innovación, expone, una vez más, que la oferta no cubre la demanda. Por ejemplo, en la más reciente etapa de postulación para acceder a un cupo en las universidades e institutos del país, las 122. 000 plazas que ofertó el organismo no cubrió la demanda de los 215.000 bachilleres inscritos en el proceso; dejando a 85.000 estudiantes sin cupo.

Una problemática que se deriva, según el secretario de educación, Alejandro Ribadeneira, del rezago de bachilleres de otros períodos que se postulan en esta nueva etapa para acceder a la oferta académica.

A este grupo de estudiantes que han intentado en reiteradas ocasiones obtener un cupo de ingreso en la educación superior, pertenecen Génesis y Ruth, de 22 y 23 años, respectivamente, quienes tras los intentos fallidos de continuar con su preparación académica han apostado por cursos complementarios gratuitos que se ofertan en la web.

Para el analista político Gonzalo Albán, fundado del Observatorio de Políticas Públicas de Guayaquil, que exista un rezago importante de estudiantes que no acceden al sistema educativo de tercer nivel para elegir carreras a fines a sus proyectos es sinónimo de retroceso socioeconómico.

“Esto afecta a un segmento importante de la población porque, al no tener un cupo, se dificulta el acceso a una plaza de empleo o mejores condiciones de trabajo y de vida. Pasan a ser Nini (Ni estudia, ni trabaja)”, explica Albán, y sugiere que se debe invertir en la educación para aminorar un sin número de riesgos en la sociedad.

La Secretaría de Educación refirió que, del total de bachilleres que se postularon en la primera etapa de admisión que concluyó el pasado 6 de mayo, el 79 % son bachilleres de semestres anteriores y solo un 26% son estudiantes recién graduados; el porcentaje restante son personas adultas que no culminaron sus carreras académicas e intentan retomarlas o ingresar a una nueva.

Sin embargo, y pese a constituir una significativa mayoría, son los neobachilleres quienes obtienen mejor puntaje en la prueba de admisión Transformar y con ello más opciones de postular un cupo en las universidades e institutos superiores tecnológicos públicos.

En este contexto, María Dolores Lasso, especialista en educación superior, sostiene que esta evaluación a la que se someten los bachilleres es esencial para seleccionar a postulantes con las fortalezas y aptitudes necesarias para cursar estudios superiores.

“Los exámenes no predicen éxito académico, pero permiten identificar a los candidatos que en ese momento muestran mayor aptitud”, resalta Lasso y sugiere que se deberían crear cursos de nivelación de conocimientos básicos para que los jóvenes, independientemente del tipo de educación o formación a la que accedan, puedan contar con el nivel de razonamiento que les permita tomar decisiones acertadas y realistas.

La eliminación de la prueba Transformar fue una de las propuestas de campaña del presidente Guillermo Lasso ante las quejas y críticas de los estudiantes que referían que el proceso no les permitía avanzar en su formación académica. En ese contexto y para dar cumplimiento al anuncio en etapa electoral, el organismo informó, en días pasados, que ha decidido que las universidades retomen o asuman esa tarea, una vez que las instituciones educativas indiquen que están listas para asumir el proceso, que se prevé, según la Secretaría de Educación, ocurra el próximo año o a inicios de 2024.