Atleta. El octogenario disfruta de participar hasta el final probando su empeño por llegar a la meta.

Un octogenario quiere ser ejemplo de teson

Anhelo. El adulto mayor quiere dejarle como legado a sus descendientes, el valor de la constancia y convertirse en ejemplo para la juventud.

Su figura frágil, contextura delgada, y sus 83 años difieren con su vitalidad. Segundo Santos Simba Córdova es un atleta que trota por las calles de Quevedo y participa aún en competencias atléticas.

Un hombre cariñoso, que produce ternura, así es Don Simba, un atleta ganador, aunque por lo general la juventud de varias personas lo superen en las metas, pero él considera que no es campeón el que gana llegando primero, sino el que vence sus fuerzas y llega a la meta.

Siempre se le otorga una medalla especial en cada competencia en la que participa, galardones que colecciona y que utiliza en algún evento especial para demostrar que no hay nada difícil y que se puede lograr metas a cualquier edad.

Don Simba nació un 21 de junio de 1932 en el cantón Pujilí, provincia de Cotopaxi, vivió hasta los 20 años en su tierra natal, pero llegó a Quevedo, tierra de la cual se enamoró; se radicó en la parroquia 7 de Octubre y procreó sus doce hijos.

Pero Don Simba no inició desde su juventud el atletismo, sino más bien a su edad longeva, a los 75 años.

Su primera carrera fue en el año 2007, en la 16k de la Marina de Guayaquil, esa carrera le dejó una huella muy importante, pues logró el segundo puesto, a pesar que desde el inicio de la competencia no inició fuerte dijo que pudo lograrse destacándose.

Otra de las carreras que marcaron su vida fue una realizada en Guayaquil. Simba mencionó que llegó casi al último, pero una persona le dijo que llegó en un buen puesto.

Más tarde Don Simba entendió que este fue un gran esfuerzo, pues los demás atletas habían roto las reglas al subirse a los carros o motos para adelantarse y hasta tomaban atajos para llegar más rápido. Su constancia logró que sea premiado como uno de los mejores.

A partir de esta carrera comenzó a ejercitarse a diario, este es el ejemplo que le quiere dejar a sus hijos, nietos y a la juventud en general, pues ha demostrado que la constancia y el esfuerzo hacen grande a una persona.

El hombre comentó que muchas veces va agotado, pero al ver que las personas le dan aliento sigue corriendo más fuerte y es ovacionado por las personas que observan la competencia. Su mayor anhelo es que alguna empresa pública o privada lo apoye y seguir compitiendo en las jornadas atléticas que lo invitan.