
Un nuevo espacio para aprender de cine
En Ecuador se producen entre cinco y siete películas anuales. Esta cifra empezó a aumentar a partir del 2013. Previamente, se producía un filme nacional cada cuatro años.
Tras los minutos que dura una película se esconden meses enteros de preproducción, rodaje, edición y arduo trabajo. En el país aún no despega la industria del cine, sin embargo, se ha registrado un crecimiento en producción y un aumento del interés de los espectadores en las películas ecuatorianas.
Este nicho de mercado es el que han visto dos instituciones de Guayaquil. La Universidad de las Artes que cuenta ya con más de 200 alumnos en esa carrera y la Universidad Católica que desde este año ofertará cine, ya a nivel profesional. Por ahora, se encuentran en el proceso de admisión que durará hasta la última semana del presente mes.
María Emilia García, directora de la carrera, afirma que la intención de esta es fortalecer la producción audiovisual guayaquileña. Según ella, la creación de películas se concentra en Quito. Y no es de extrañarse, pues la capital posee 4 de las 7 instituciones que dan un título superior con relación a la cinematografía, según datos proporcionados por la Senescyt.
Josué Miranda es un director de cine que está próximo a lanzar su filme ‘La Dama Tapada’. Considera que el cine es un arte que se aprende grabando y grabando, sin embargo, cree que es importante que exista “una oferta formal” que brinde los conceptos teóricos para los nuevos profesionales del cine nacional.
Además cree que en los próximos cinco años la oferta se diversificará. “Ellos le darán un respiro a la industria y tendrán nuevas propuestas” añade Miranda.
Daniel Santos es otro director de cine. Insiste en que la demanda crece y que si una nueva universidad ofrece la carrera, entonces un nuevo estilo de cine se desarrollará.
Muchos de los expertos en cine han debido migrar para profesionalizarse. Sus conocimientos son de modelos europeos o norteamericanos, sin embargo, las dinámicas del mercado ecuatoriano son diferentes. Tanto García como Miranda y Santos concuerdan en que al existir una oferta local de educación cinematográfica se dará una perspectiva más real del arte en Ecuador.