Un nuevo comienzo

País raro el nuestro. Tal vez por eso lo queremos entrañablemente. Tal vez por eso lo sentimos único. Quito, la hermosa capital, celebra el cumpleaños de su fundación española mientras se acepta la renuncia de la vicepresidenta de la nación, acusada de malos manejos. ¡Viva Quito!

Un motivo más para la alegría es que, pronto, la Carita de Dios será la ciudad más poblada del Ecuador. ¿Valdrá la pena alegrarse por ello? Personalmente creo que con uno o hasta dos millones de habitantes basta y sobra. Luego de duras experiencias mundiales al respecto, nadie quiere vivir en megalópolis, trátese del crecimiento por vía de migraciones internas o externas o, como en el caso de Quito, por conurbaciones que, en todo caso, tienen la ventaja de administraciones locales en alguna medida segmentadas.

Sea como fuere, ya habrá tiempo para comentar sobre los problemas de los conglomerados urbanos. Se vienen las elecciones y el tema estará en la palestra, en primer plano.

Mientras tanto, luego del sacudón de la vicepresidenta, sacudón a media asta pues se ha escamoteado el juicio político que hubiese permitido ir a fondo en la lucha contra la corrupción, hecho que además revela su magnitud y el volumen de los que han caído en ella, bien vale insistir en una comisión internacional con el apoyo de las Naciones Unidas, tal cual ofreció el presidente Moreno durante su campaña electoral. Con los actores criollos el problema es que surgen las complicidades obligatorias por rabos de paja en común, parentescos, intereses de todo tipo y etc., etc., que impiden que se actúe como hace falta y entonces no pasa nada, continúa la impunidad y la corrupción se reafirma como actividad mayor de la política, tragedia que garantiza la pérdida de todos los valores y la consecuente anemia cívica, situación por demás indeseable.

Ahora que se abrió un espacio para recomenzar con un buen segundo al mando, vale la pena, a pesar de todo el escepticismo que he acumulado, plantear, como lo hago, el permitir que la Navidad nos inspire un renacimiento, un nuevo comienzo. Un nuevo y esperanzador esfuerzo.