Un nuevo ano

La noche del 31 de diciembre es costumbre reunirse en la casa del tronco familiar para despedir al año viejo que, según los casos, trajo tanta felicidad como tristeza. En nuestro país se lo celebra con la quema de monigotes o años viejos a las 12 de la noche, con petardos y fuegos artificiales. A la vez, se celebra el advenimiento del nuevo año, con varias cábalas, como vestir una prenda amarilla, comer doce uvas o cerezas, beber una copa de espumoso, correr con maleta, contar dinero y demás simbolismos para que el año que comienza sea lleno de ventura, salud, paz y amor.

Este 2017 que termina, marcado fuertemente por acontecimientos políticos, en su primer semestre trajo a la sociedad ecuatoriana sentimientos de frustración, irrespeto y prepotencia, a consecuencia de una década de gobierno oscurantista que terminaba; y su segunda mitad se caracterizó por la paz y esperanza, con base en el diálogo propuesto por el nuevo presidente de la República.

En Ecuador se respiran nuevos aires, que dan la esperanza de que en el próximo año las cosas sigan cambiando positivamente. Queremos que en la consulta popular y plebiscito gane abrumadoramente el SÍ para descorreizar al país y eliminar la mentalidad estatista, estandarizante y totalitaria del socialismo del siglo XXI, que ha fracasado en todos los países donde se lo ha aplicado, como es el caso de Venezuela. En nuestro país es necesario sustituir a todos los funcionarios que representan al régimen totalitario de odio y prepotencia de la década pasada, especialmente en el Sistema de Educación Superior, donde por más que el presidente de la República y el secretario de Senescyt mantienen un discurso de apertura, respeto y cambios, los mandos medios del CES, Ceaaces y Senescyt, siguen con la mentalidad de funcionarios correístas, aplicando la misma política intervencionista de irrespeto a la autonomía universitaria, a la diversidad y al subsistema de educación privada.

Nuevo año con nuevos funcionarios. Caso contrario queda latente lo expresado por el exsecretario de la Presidencia, sobre las mesas de diálogo y su real objetivo.