Nuevamente enganados

Muchos indígenas, liderados por la Conaie, salieron a protestar por lo que decían eran medidas económicas que los perjudicaban. No me referiré a quienes usando la protesta indígena provocaron el caos y el terror, y menos a quienes debiendo liderar el mensaje de tranquilidad se quedaron trémulos de pavor. Me referiré al pueblo indígena llano, al que salió a la calle.

El mensaje se centró en decir que si no obtenían sus objetivos de la protesta, privarían de comestibles al resto del país, y en algún caso un dirigente indicó que cerrarían el flujo de petróleo, y con ello ahogarían al país.

En principio, por un tiempo es cierto, sin los recursos públicos del petróleo el fisco tendría problemas, y también es cierto que sin papas no se hace un locro; sin embargo, en una economía moderna, no está ahí la riqueza. En la sociedad moderna a la que debemos encaminarnos, la verdadera riqueza dista infinitamente de eso; está en los bienes intangibles generados por el conocimiento: biotecnología, electrónica, logística masiva, materiales compuestos, comunicaciones, genética, robótica, y así un sinfín de otros campos. Pero no, sus dirigentes, porque eso les conviene, les han hecho creer que si no les venden papa chola a los mestizos, los matarán de hambre.

Si hay algo por lo que los indígenas deberían pelear, y sin duda yo saldría a pelear con ellos, es por educación de primer mundo y medicina de calidad. Solo con calidad nutricional prenatal, y durante los años clave de aprendizaje infantil, así como cuidados de salud, se pueden superar siglos de malnutrición. Solamente con educación de la mejor calidad se puede transformar un modelo económico que hoy está basado en tierras altas degradadas, que a duras penas logran autosubsistencia. Pero tampoco servirían las tierras bajas, aunque tuvieran las de Java, si es que no tienen el conocimiento tecnológico para hacerlas producir. Si embargo eso no lo pedirán nunca, porque eso significaría perder a las ovejas, y qué sería de un pastor sin ovejas.

No tienen ni idea de que nuevamente fueron engañados y están perdiendo la guerra del desarrollo.